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jueves, 1 de abril de 2021

"JUVENTUD DIVINO TESORO"

 A veces repetimos frases, que no sabemos de dónde vienen, ni quién las dijo, ni dónde fueron pronunciadas, no tenemos la fisonomía de su autor, ni nada por el estilo, sólo sabemos que un día fueron pronunciadas, se pusieron de moda, todo el mundo las repitió, el pueblo se adueñó de ellas y quedaron ya, no como de un autor: fulano de tal sino, del pueblo. Así sucedió con esta hermosa frase pronunciada muchas veces cuando vemos a los jóvenes hacer algo que nos causa asombro, repetimos como loros: _Francamente, "juventud divino tesoro", pues resulta que esta frase pertenece al famoso poeta nicaragüense Rubén Darío, y el poema se llama "Canción de otoño primaveral" y dice así:

Juventud, Divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
Y a veces lloro sin querer.

Plural ha sido la celeste,
Historia de mi corazón,
era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor
era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño 
Ella, naturalmente fue,
para mi amor hecho de armiño
Herodias y Salomé.
Juventud, divino tesoro
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer....

La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva
cual no pensé encontrar jamás
pues a su continua ternura
una pasión violenta unía
en un pelo de gasa pura
una bacante se envolvía.
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé
y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe.
juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro, sin querer...
otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión
y que me roería, loca
con sus dientes, el corazón.
poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad.
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Eden
sin pensar que la primavera
y la carne acaban también.
juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer...
¡y las demás!, en tantos climas,
en tantas tierras, siempre son,
sino pretexto de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.
en vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar
la vida es dura, amarga y pesa
¡ya no hay princesa que cantar!
mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin,
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...
juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer...
¡mas es mía el alba de oro!