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viernes, 23 de abril de 2021

BATALLA DE LA JUVENTUD

 Batalla del Día de la Juventud en 1814. En Venezuela conmemoramos esta famosa contienda todos los 12 de febrero, el cual está consagrado como día de la juventud venezolana cuando el General José Félix Ribas, combatió con una tropa de 1500 hombres, entre ellos muchos jóvenes, estudiantes de la universidad y del seminario de la Capital, contra 2500 soldados de caballería, 900 infantes y algunos cañones. El combate se inicia a las 8 de la mañana y se extiende hasta las 5 de la tarde. La caballería enemiga carga hasta nueve veces y otras tantas es rechazada. Fue reforzado por el coronel Campo Elías procedente de San Mateo. Por esto se realizan diferentes actos para rendirle homenaje a la juventud venezolana, especialmente en la ciudad de La Victoria y aquí en Ocumare también le rendimos honor emulando la batalla con la participación de numerosos alumnos de primaria y secundaria, junto con los docentes que quieran participar.  A continuación fotos de esa actividad de preparación, donde está incluído el uso de los recursos: material humano, vestuario, libreto, dirección, personajes, armas de utilería, verduras para hacer un espacio a la comunidad de esclavos en sus quehaceres diarios. Quedó espectacular la exposición del trabajo. Aquí se ve a los alumnos y docentes ensayando en la Universidad Bolivariana de Venezuela de Ocumare del Tuy.

 













Actividad realizada en el 2011

jueves, 1 de abril de 2021

"JUVENTUD DIVINO TESORO"

 A veces repetimos frases, que no sabemos de dónde vienen, ni quién las dijo, ni dónde fueron pronunciadas, no tenemos la fisonomía de su autor, ni nada por el estilo, sólo sabemos que un día fueron pronunciadas, se pusieron de moda, todo el mundo las repitió, el pueblo se adueñó de ellas y quedaron ya, no como de un autor: fulano de tal sino, del pueblo. Así sucedió con esta hermosa frase pronunciada muchas veces cuando vemos a los jóvenes hacer algo que nos causa asombro, repetimos como loros: _Francamente, "juventud divino tesoro", pues resulta que esta frase pertenece al famoso poeta nicaragüense Rubén Darío, y el poema se llama "Canción de otoño primaveral" y dice así:

Juventud, Divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
Y a veces lloro sin querer.

Plural ha sido la celeste,
Historia de mi corazón,
era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.
Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor
era su cabellera oscura
hecha de noche y de dolor.
Yo era tímido como un niño 
Ella, naturalmente fue,
para mi amor hecho de armiño
Herodias y Salomé.
Juventud, divino tesoro
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer....

La otra fue más sensitiva,
y más consoladora y más
halagadora y expresiva
cual no pensé encontrar jamás
pues a su continua ternura
una pasión violenta unía
en un pelo de gasa pura
una bacante se envolvía.
En sus brazos tomó mi ensueño
y lo arrulló como a un bebé
y le mató, triste y pequeño,
falto de luz, falto de fe.
juventud, divino tesoro,
¡te fuiste para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro, sin querer...
otra juzgó que era mi boca
el estuche de su pasión
y que me roería, loca
con sus dientes, el corazón.
poniendo en un amor de exceso
la mira de su voluntad,
mientras eran abrazo y beso
síntesis de la eternidad.
y de nuestra carne ligera
imaginar siempre un Eden
sin pensar que la primavera
y la carne acaban también.
juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer...
¡y las demás!, en tantos climas,
en tantas tierras, siempre son,
sino pretexto de mis rimas,
fantasmas de mi corazón.
en vano busqué a la princesa
que estaba triste de esperar
la vida es dura, amarga y pesa
¡ya no hay princesa que cantar!
mas a pesar del tiempo terco,
mi sed de amor no tiene fin,
con el cabello gris me acerco
a los rosales del jardín...
juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
cuando quiero llorar, no lloro
y a veces lloro sin querer...
¡mas es mía el alba de oro! 




viernes, 12 de febrero de 2021

ESTOY TRISTE, POEMA


Estoy triste

No sé por qué... estoy triste

Será que el color  

tan grisáceo de las nubes 

aduerme mi alma

haciéndola llover...

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.


Será que el espejo

devuelve a mis ojos

el brillo empañado

de los años

haciéndome inquietar...

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.


Será, que esta piel
susurra a mis oídos
del hambre núbil
que siempre me acompaña
ansiando tomar 
de nuevo sus entrañas
para convertirme en feto,
en luz, en un secreto

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.


Será que la tersura rugosa
de mis manos temblorosas
horadan el tiempo 
en yermas y
enigmáticas caricias
haciéndome vibrar

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.


Será por mis piernas

vehementes otrora de pasión
laxas hoy
de carnes y firmeza
que me obligan a inclinarme
en mi entereza

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.

Será por mi cuerpo
que deshilvana lentamente
sus magros ropajes carmesí
al destilar su preciada juventud

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.

Será porque
del azabache de mis trenzas
sólo quedan hoy
unas ralas y plateadas hebras
para ser cubiertas
con tapiz falaz

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.


Será por mi pecho
magno, altivo, fascinante
impregnado ayer
de ninfas voluptuosas
que lo arrastran hoy
por su holgura a la pudicia

No lo creo...pero estoy triste

Y no sé

por qué estoy triste.

Será mi corazón
con tantos parches
de amigos y aventuras.
Los padres, que te cobran sus torpezas
Los hijos, pues te amargan sus dolores
La vida, el trabajo, la traición
El hambre, la sed, la decadencia
El escarnio, la estafa, el sucumbir
Cohibirse, asfixiar los dolores en los dedos
Y mi amor, que  está aquí
en mi corazón
mirándome
embelesado como un faro
para esfumar con su luz mi lobreguez