Según el Art. 280 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Defensor de los Derechos Humanos en Venezuela debe: ser venezolano, saber de D.H., conocer íntegramente la Constitución Nacional, de tratados internacionales, de los intereses legítimos, colectivos, o difusos de cada ciudadano/na; estará en la Dirección de la Defensoría del Pueblo, en un período de 7 años, debe tener comprobada idoneidad, demostrada competencia sobre D.H., ética, moralidad, a fin de que no se le pueda hacer ningún tipo de señalamientos al que ejerza este cargo, en Venezuela.
Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
martes, 19 de abril de 2022
EL DEFENSOR DE LOS DERECHOS
Según el Art. 280 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Defensor de los Derechos Humanos en Venezuela debe: ser venezolano, saber de D.H., conocer íntegramente la Constitución Nacional, de tratados internacionales, de los intereses legítimos, colectivos, o difusos de cada ciudadano/na; estará en la Dirección de la Defensoría del Pueblo, en un período de 7 años, debe tener comprobada idoneidad, demostrada competencia sobre D.H., ética, moralidad, a fin de que no se le pueda hacer ningún tipo de señalamientos al que ejerza este cargo, en Venezuela.
sábado, 29 de mayo de 2021
ALITAS NUEVAS
Elith es un ángel de cara redonda como el sol y alitas blancas como una nube del primer día de primavera.
Su instructor de vuelos celestiales se comunicó con ella un día, conminándola a ganarse un premio que consistía en otro par de alitas nuevas.
Decidida a optar por el mencionado premio, se llegó ante su jefe inmediato, con la razón de saber cómo haría para adueñarse del ansiado trofeo; su jefe le contestó que debía enviar a la tierra muchos pensamientos de matiz delicadamente rosado, o azul más o menos vivo y hermoso a jóvenes de mente pura y de corazón bueno.
Lo que ignoraba Elith era cómo teñir los pensamientos con esos colores, porque en uno de sus tantos viajes que hizo a la tierra, vió muchos de ellos de color rojo cardenal, surgidos de nubes oscuras, que representaba la cólera brutal; otros de color rojo ladrillo por la cólera y la ira, y unos azul oscuro porque los pensamientos eran egoístas.
Aún así emprendió su viaje otra vez, con muchas esperanzas de ganarse otro par de alas, pues las que tenía estaban algo aporreadas, ya que a ella le gustaba muchísimo saltar por entre los cables eléctricos, para salvar a las aves de caer electrocutadas; pero esta vez lo haría en vuelo de observación.
Cansada, de vez en cuando asfixiada por el calor que producían esas ráfagas, se acostaba sobre una nubecita blanca como el algodón, a planificar la jornada siguiente, y no era la primera vez que se quedaba completamente dormida; así pasaron los días y Elith soñaba con lo sutil y armoniosa que podría ser la tierra si todos tuvieran el corazón como ella lo buscaba, cuando de repente, ....
De esta manera, Elith devolvió muchos pensamientos de color rosado y azul; como premio le fueron entregadas su otro par de alitas, tan pero tan exquisitamente blancas como una alborada, y con el orillo de oro, que con una radiante alegría se las colocó inmediatamente debajo de los bracitos y su cara como tocada por una varita mágica se cubrió inmediatamente de pecas, que como maripositas saltaban en todas direcciones hasta quedar fijas.