Este febrero hubo muchas actividades, ha sido un horario corrido-corriendo que ha impulsado la creatividad de las docentes para desarrollarla y plantearle a los representantes las sugerencias necesarias en pro de realizarlas, y hacerlas visible, donde todas y todos trabajamos en consonancia con las autoridades educativas para lograr la excelencia educativa. A continuación algunas imágenes de las actividades realizadas:
Estos son mis secretos, mi biblioteca, frases, relatos, historias y cuentos, que celosamente he guardado en mi nube, de los lugares donde he trabajado como maestra, en Venezuela, que ha llenado mi vida de satisfacciones; poesías que han salido del fondo de mi alma para botar con sus letras mi deslastre. ¡¡¡¡Que entre la vida de nuevo!!!! Y como Pablo Neruda: "Confieso que he vivido"
viernes, 25 de febrero de 2022
VIDA EN EL PREESCOLAR
jueves, 24 de febrero de 2022
¡Y LA NIÑA ME DESCUBRIÓ!
Bueno, me encomendaron un trabajo de manualidades que consistía en un sombrero con los símbolos naturales de Ocumare, que son la cayena,
el roso blanco
y el tordito,
montado sobre cartulina doble faz; culminé el trabajo la semana pasada y la persona a quien se lo hice me dio como premio un chocolate y una chupeta; tenía tantas ganas de comer dulce, que me los comí sin decir nada y sin invitar a la prole, cuestión que nunca hago cuando me traen un premio comestible, porque siempre invito.
Después la misma muchacha me pidió que por favor le realizara un delantal con esos mismos símbolos, se lo terminé y me entregó un galletón que también escondí, con la salvedad de que me fui a mi cuarto, prendí el ventilador y me dispuse a iniciar su degustación, solitaria;
Cuando tengo la galleta en la boca y estoy ensimismada en su rico sabor, la puerta de mi cuarto se abre de golpe, con mucho ruido y entra la perrita a quien le decimos Niña, se sube a la cama ladrando y oliéndome las manos, me brincaba de izquierda a derecha, buscando la galleta, y yo pegando gritos: ¡Saquen esta perra de mi cama!, entró Vicki también gritando: ¡Abuela, te descubrí!, estás comiendo galleta! ¡Dame! ¡Dame!, por un lado la muchachita y por el otro la perra; que después de olfatear por debajo de la puerta de mi cuarto, se determinó a entrar interrumpiendo así mi ensoñación, total que con ese desbarajuste tuve que entregar parte de mi tesoro.
¡Que viva la familia!