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miércoles, 22 de diciembre de 2021

LANCASTER JOSEPH


 Joseph Lancaster (1771-1838) Fue un misionero británico que se preocupó de la educación del pueblo; autor del método de "enseñanza mutua", esto es, de la instrucción de los alumnos por los alumnos mismos. 

Simón Bolívar en 1810

Este método se extendió por todo el mundo. Lancaster estuvo en Venezuela contratado por el Libertador que visitó su Escuela para Maestros  en 1810, por lo que envió dos maestros venezolanos a su escuela en Suiza y hubo al menos una escuela en Venezuela que mantuvo el nombre de Lancaster.

El contenido que ofrecían era: orden, lectura, escritura, gramática, costura, canto, dibujo; procedimiento que se transformó en un instrumento didáctico muy eficaz y contribuyó al progreso de la enseñanza de las primeras letras, impartida por los mismos alumnos, quienes sabían de las dificultades que se les había presentado al momento de aprender eso mismo.

La idea de creación de un Jardín Botánico, un Laboratorio de Ciencias Físicas, una Biblioteca para los maestros y una imprenta fueron desoídas a raíz de la dura crisis económica. Después de tres años de empeños infructuosos Joseph Lancaster abandonó a Caracas el 18 de abril de 1827.

Esta escuela Lancasteriana se conoce hoy día como: "Tutor al mismo nivel", lo que representa un método mutuo con alumnos monitores, donde el profesor supervisa y pierde el control directo sobre los alumnos, que son heterogéneos, con reglas de juego meritocráticas, porque si un alumno logra que otro aprenda es recompensado, se observa también la autonomía de los estudiantes.

     A continuacíón ampliación del método Lancasteriano, que me pareció muy interesante para conocer cómo se implementa,  elaborado por Ramón Jáuregui, Universidad de Los Andes. 2003, sencillamente lo copias y lo pegas en una pestaña nueva y podrás leer y pensar si en algún momento lo has aplicado en tu aula.


 

file:///C:/Users/JOSEFINA/Downloads/Lancaster.pdf

Bibliografía: Diccionario de Educación. 1993.Editorial Panapo. Revista de El Nacional. Google


sábado, 12 de diciembre de 2020

EL RICO Y EL POBRE

Una vez y dos veces y....... muere un hombre pobre, llega al cielo y contempla, la hermosa llanura, el prado de belleza sin igual, con su grama intensamente verde, con sus flores multicolores, que lo invitaban a respirar e inhalar profundamente sus exquisitos olores, la brisa, suave brisa que lo despeinaba, pues como era pobre carecía de dinero para que un barbero lo afeitara, además él vivía en el campo y siempre llevaba sombrero para cubrirse del sol, que era muy fuerte en el trópico donde estaba su casa, y mucho más cuando corría a caballo detrás de la vaca cuando se le escapaba, o cuando se molestaba en su hogar, lo ensillaba y  recorría entre lodazales la inmensa llanura.

Al llegar, el buen San Pedro le preguntó, le expuso que ahí él podría hacer lo que quisiera, que como un alma buena que se había ganado el cielo, pues, ahí podría hasta convertirse en cualquier forma que le llamara la atención; pensando bien, ni corto ni perezoso, deleitándose en ese espacio maravilloso que se le ofrecía a la vista, dijo, que como él era un hombre de campo, pues le gustaría convertirse en caballo para disfrutar correteando todo el día.

Pedrito, el blanqui-barba  asintió, y le aceptó la petición al pobre, _Está bien¡ sacó su varita mágica del fondo de uno de sus bolsillos, y con su personal y práctico ABRA-CADABRA, lo convirtió en caballo, un hermoso caballo blanco, grande, fuerte, de crines largas, que se imaginó iban a ondear con la suave brisa del paisaje celestial.


Desde ese momento, se dedicó, como pensó, en corretear por los parajes celestiales, sin el menor asomo de cansancio, ya que la luz del fulgurante y espléndido sol, le proporcionaba la energía necesaria para continuar dándose un gustazo angelical.

Peeero, parece que ni en el cielo las cosas son eternas..................


Se murió un rico, alguna buena impresión dejó en su ángel de la guarda, porque lo mandó directo al cielo. El Pedrito lo recibió muy extrañado, causándole resquemor el hecho de que un rico estuviera en sus aposentos y pasándose la mano por la frente para bloquearse las dudas y recibir nuevas notificaciones y extensiones, le dijo: _Amigo mío, mucho habrás hecho para que hayas sido enviado aquí, que a pesar de tu riqueza, te has comportado devotamente, has guardado tu compostura,  colaborado con el progreso de la humanidad, cumplido con todas tus obligaciones cívicas y morales, en fin te has ganado este hermoso galardón que representa vivir en el paraíso; premio que muy pocos se ganan, porque se portan muy, pero muy mal.

Continuó: _En este lugar, como a todos, les está permitido hacer lo que les venga en gana, pueden hacer lo que quieran, inclusive pueden cambiar su forma de cuerpo, que no siempre es el que les fue otorgado y/o no les agradó, pero lo traen de la tierra.

El rico, contestó: _Doctor Peter, yo realmente me siento muy a gusto con la forma humana o humanoide que nuestro Señor Creador me obsequió, aunque muchas veces al mirarme en el espejo me quejaba de mis absurdas facciones con respecto a otras personas, lo cual me provocaba una intensa ira y ganas de estamparme un puñetazo en el centro de la nariz,  pero bueno, lo acepté al fin con el único pensamiento de la eternidad y el hermoso cielo que me tenía que ganar. _Ahora, Su Majestad San Pedro de Roma, yo me quiero quedar como soy, bien feo, total aquí no le voy a lucir a nadie, sólo me vine a divertir, ya que en la tierra, no hacía más que trabajar.


De pronto, se oyen unos pasos, pasa el hermoso caballo blanco, trotando por la llanura, frente a los ojos del rico, el caballo se acerca a ellos, los observa, especialmente al recién llegado y dándole la bienvenida se para en dos patas, y como para lucirse sigue trotando por entre la vegetación, mientras el rico exclama extasiado con su belleza: _¡Válgame Dios!, ¡Pero que hermosura!, ¡Que belleza!, ¡Primera vez que veo un caballo tan hermoso!, y mire que he visto caballos, y como una ráfaga de viento, como un rayo de fuego, como un torbellino de luz, le cruzó por la mente una idea: poseerlo, darse el gusto de manejarlo, llevarlo, guiarlo, dirigirlo, controlarlo, dominarlo, ordenarlo, someterlo, y toda la sinonimia que se pudiera extraer de esta acción. 

_¡Perucho! quiero vivir montado, viajando cuesta arriba y cuesta abajo, pero en ese caballo, que me corretee por toda la llanura, montes, colinas, nubes, aguas, ¡por favor!, ¡ese es mi único premio!, ¡lo único que necesito para compensar la felicidad que no tuve en la tierra!. 

Y Perucho, Su Majestad San Pedro de Roma, Doctor Peter, el barbudo, el bueno de Pedro, Pedrito el blanquibarba, cavilando, rascándose la calva, pensando en que no podía faltar a su promesa,  aceptó, buscó entre su ropaje blanco, la varita mágica, pronunció su ABRACADABRA, y el caballo, el hermoso caballo blanco sintió un peso en su lomo, que no se pudo quitar jamás. 


¡¡Vaaamos, a trotar por la montaña!!....

Por eso yo digo..... Y tú qué dices?????? 

Esta historia la escuché en alguna parte, pero es buena....