Silencio,
Soledad,
Hastío
Es el silencio mío
Es el silencio a gritos
Es el silencio aquél
de mi alma adormecida
en una absurda sucesión de rimas
obtusas, disformes, disonantes
que retumban
como viejos farallones
al contacto
con el golpe rabioso
de la mar.
Hay un silencio mudo
sordo
absurdo
como una puñalada
incontenible como una inundación
dulce como el néctar de las flores
que se hunde en el centro de mi pecho
como el agua de la nube
cuando llega a tierra oreada.
La hermosura del entorno
no me importa
y aquí llego
como un cristal que se cae de las manos
como una afilada tijera entre las trenzas
como una uña larga
que se parte en la raíz.
Y aprieto mis párpados enjutos
secos
pesados
a donde se han ido
a forjar las ilusiones
y pregunto
por qué he vivido
como un árbol talado en el vergel
Por qué he sido siempre
como una ramita seca en el jardín
Por qué he estado
como un cofre sin su cerradura o
como un cuerpo
sin su sombra fiel.
Y he vivido sin norte
sin Dios
sin esperanza
sólo en silencio y hablando sola
preguntándome a mi misma
qué ha pasado
el por qué de mis desvelos
el por qué de mis angustias
el por qué de mis zozobras
y sólo veo el devenir incierto
los jóvenes con sus fantasías rotas
en un silencio absurdo
como el silencio mío
Y yo
qué he hecho
sólo contemplarme como un narciso
y al igual que todos los demás
me olvido
de que puedo conversar contigo
mi amigo
mi amigo
amigo mío
