jueves, 18 de marzo de 2021

MI FANS

 Cuando mi nieta Vicki estaba en primer grado le tocó una maestra muy dulcita para su temperamento y capacidad histriónica, además de conversadora imparable, que parece más bien un radio prendido;  lo cierto es que la maestra decía: 

_Vamos a hacer una cartelera y la alumna le replicaba: 

_Maestra, mi abuela Josefina hace unas carteleras bien bonitas. 

_Ajá muy bien Victoria.

_Niños, vamos a cantar una canción, 

_Maestra, mi abuela Josefina canta bien bonito, es cantante y tiene un cuaderno lleno de canciones

_Me tienes que presentar a tu abuela, Victoria

_Niños vamos a la hora del cuento, les voy a contar un cuento con el nombre de xx:

_Maestra, mi abuela Josefina cuenta muy bien los cuentos, es la mejor del mundo.

-Ajá muy bien Victoria, me tienes que presentar a tu abuela.

-Si maestra, vamos a ir a mi casa para que la conozcas.

_Niños vamos a repasar las letras

-Maestra, mi abuela se lo sabe todo, hasta el abecedario, a,b,c,d,e,f, ma me mi mo mu.

Total que la maestra vino un día a traer la niña para la casa, y me participò que necesitaba conocerme porque la niña sentía tal admiración por mi, que no dejaba de nombrarme en cada actividad que ella iba realizar. Me imagino que la maestra se sintió contra la pared, pensando que la muchacha sabía cómo hacer todas las actividades porque a los pocos meses fue cambiada de salón, para una actividad  administrativa.

Es que si me pasa a mí con un alumno, primero que nada le felicito al familiar y después le planteo la libertad o individualidad de cada ser humano y que cada uno de nosotros actuamos y hacemos las cosas de manera diferente y siempre sale original y bien, y que todos los frutos, cualquiera que sea,  son buenos, bonitos y aceptables.



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