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domingo, 21 de noviembre de 2021

¡¡YA VOTÉ!!


 Ya regresé de ejercer mi derecho al sufragio, me fuí en la mañanita, convidé a Gabi, porque quería que viera la máquina de votación, no se pudo; me busqué en la lista, primero en la mesa 2, no estaba, luego en la lista de la mesa 1, ahí si estaba en el número 117; me senté a esperar que llamaran para pasar uno de los dos números. 

La directora de ese circuito, una profesora amiga, dispuso pasarnos a los de la  tercera edad para un  patio interno de la escuela para que no lleváramos sol; así uno de los integrantes de la Guardia Nacional llevó mi pupitre adentro y en el mismo orden en que estábamos afuera, dispuso mi pupitre y me senté; en ese momento escuché que la encargada de la fila nos dijo que nosotros éramos ciudadanos con condición de salud y por eso estábamos sentados; cuando dijo eso, yo me miré los tacones y ????, en ese momento corrió la cola para acercarme más al recinto de las votaciones. 

Entré, entregué la cédula de identidad, apareció mi foto en la pantalla de la máquina capta huellas, coloqué el pulgar derecho ahí mismo para identificar la huella, luego el pulgar izquierdo; 

ya constatada la identificación pasé a un aparte donde estaba ubicada la computadora, ahí observé las tarjetas electorales en la pantalla, pulsé la que me pareció apropiada a mi gusto, luego la palabra votar, salió la hojita con los nombres, la leí, ví que era correcta, la doblé y la introduje por la ranura de la urna del voto. Firmé en un libro, me entregaron mi cédula y salí agradeciendo a los que me habían atendido. En ese recinto estaba un muchacho que recibe, la joven que revisa la cédula, una joven sentada a un costado, luego en una mesita un joven vigilando y una joven con el bolígrafo y el libro de firmas.

lunes, 28 de diciembre de 2020

CONSPIRACIÓN

Los seres humanos debemos estar muy pendientes cuando deseamos o queremos algo, o lo necesitamos con la mente, con el corazón o simplemente por vanidad y/u ostentación. Según el poder de ese deseo, según la energía silenciosa con que lo impulsemos, se verá, lo podremos traer a nuestro mundo. Es como si estuviera en un mundo aparte, lleno de las cosas que se pueden hacer visibles, nada más  esperando que lo saquemos de ahí para hacernos felices. Recuerdo siempre a Cony Méndez, cuando relata sobre una oportunidad en la cual se encontraba en Nueva York, sin un centavo, lo deseó no recuerdo con qué palabras, pero yo diría que sería "Dios proveerá", y agradeciendo antes de recibir con "Gracias Padre que ya me oíste", con tranquilidad, calma y certeza de que su petición está en camino, cuando justo en ese momento, por el aire venía un billete hacia ella, que lo tomó con sus manos temblorosas, agradeciendo a su Dios, al infinito, al universo por aquella bendición que estaba recibiendo. 

Recibimos mucho, si habláramos menos o nos quejáramos menos, recibiríamos más; el universo solito conspiraría más para complacernos.

Una de esas conspiraciones que el universo hizo en nuestro hogar, fue darnos una excelente mesa navideña, asentada en la armonía, para seis personas, con hallacas, tequeños, refresco, golfiado, torta, ensalada de pollo, pernil, choguí y licor para los amantes de sus efluvios.








Cuando no logramos nuestros deseos es porque nos falta empeño, decisión, y SILENCIO.
Silencio, por qué, porque cada vez que nos referimos a nuestros deseos y lo conversamos con uno y otro personaje, estamos dejando nuestra energía en el corazón de alguien que no conocemos, aunque creamos que sí..
Así que ésta es una escuela, dura, pero es lo que nos tocó, y hay que aprender a fuerza de recibir reglazos en las manos, o que nos arrodillen sobre granos de maíz y con un bloque de arcilla en cada mano.