Mostrando entradas con la etiqueta silencio. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta silencio. Mostrar todas las entradas

sábado, 4 de septiembre de 2021

EL REY ISKENDER EL INMORTAL

 El príncipe Iskender era hijo de Darrab, rey de Persia, y la princesa Rumi. A la muerte de su padre, Iskender le sucedió en el trono, y durante largos años Persia gozó bajo su reinado, de un esplendor y gloria sin igual. Entre los muchos sabios y letrados que el rey invitaba a su corte, uno de ellos le preguntó: -Cuando un monarca ha llegado a la cima del poder, cuando ha hecho todo para asegurar la felicidad de sus súbditos ¿Qué otra meta podría alcanzar?. Otro sabio levantó la mano y contestó: -¡La paz del espíritu! -¡Hay algo todavía más importante! replicó un viejo mago. ¿Cuál es? -¡La inmortalidad! Iskender replicó: -La inmortalidad es imposible de alcanzar, lo sé bien. -¡Nada es imposible Señor, para quien tiene suficiente voluntad! dijo el mago. -¡Pues bien, dime!:-¿Dónde podría encontrar la inmortalidad, preguntó el Rey. 

El mago le respondió:  -Sobre las costas de un mar interior, al norte del  reino se extiende el país de las tinieblas. Allí se encuentra la fuente de la vida, y quien bebe esa agua se vuelve inmortal, aunque para lograrlo, se necesita un gran valor, astucia  e inteligencia. Igualmente, con esas perspectivas, partió en busca de la fuente, acompañado por el mago y una pequeña escolta de sus soldados.

 Tras largos días de viaje, el mago señaló una roca en la frontera del "reino de las tinieblas", para que la golpeara con su espada, el rey obedeció y de la roca saltó un chorro de chispas con una voz sorda que dijo: -Espada del Rey, ¿qué quieres de mí? - Quiero preguntarte sobre el camino que conduce al "mar de las tinieblas". A lo que la roca respondió con su gutural voz: -Busca la faz de la estrella roja y camina en su dirección hasta que desaparezca, luego da la espalda al sol levante y prosigue tu ruta; al caer la noche, cuando la luna se eleve en el cielo, te encontrarás en las orillas del mar de las tinieblas, en un país llamado Tenek-Brah; allí viven los hombres con ojos de esmeralda, ten mucho cuidado, no debes preguntarle el secreto que deseas conocer, haz que ellos te lo digan espontáneamente.

Siguiendo las instrucciones, llegaron al país de las tinieblas, oscuridad profunda y cerrada, donde había unos hombres grandes, esbeltos, negra piel, vestidos de negro, ojos color esmeralda que brillaban como luciérnagas en la oscuridad. -Forastero, ¿Por qué motivo has venido hasta nosotros? -Busco el olvido, le respondió Iskender. -Muy bien, aquí lo encontrarás, ¡Síguenos!. 

-Es una gran oportunidad vivir en un país donde no se pueden ver las maldades del mundo, le dice el rey  a alguien que marchaba a su lado. -Hay que saber descubrir las cosas bellas!!, fue la respuesta. En la oscuridad Iskender sonrió: -Es verdad, pero hay que tener ojos maravillosos como los tuyos para vencer las tinieblas. -¿Deseas tener unos ojos así forastero?, pues que así sea¡¡. Y en ese instante, como si hubieran surgido mil soles a un tiempo, apareció ante los ojos del rey un extraordinario paisaje: inmensos palacios, casas, calles, jardines, todo de una belleza indescriptible, sin embargo, todo era negro: la tierra, el cielo, el agua, los hombres.


Iskender quedó fascinado ante la expectativa y el hombre que estaba a su lado le dijo: -Me llamo Yazdergarh, Señor de las Tinieblas, y tú, hombre de la luz, ¿Quién eres?. -Solamente un hombre que desea olvidar todo lo que le ha ocurrido hasta hoy, respondió, recordando lo advertido por la roca. Durante los días siguientes Yazdergarh mostró a Izkender todas y cada una de las maravillas de su reino y llegaron a un lugar desierto y totalmente silencioso. El Rey preguntó que cómo era posible que no se escuchara el menor ruido y su acompañante le contestó: -Aquí solamente se deben escuchar los pensamientos, ¿Ves esa fuente de agua negra que brota sin el menor murmullo?...Es la fuente de la vida, quien la bebe se vuelve inmortal. -Y quién puede desear eso? dijo el Rey, vivir eternamente es un destino triste, como te dije, yo busco el olvido y si fuera inmortal, no podría encontrarlo. -Te equivocas, le respondió, al beber de esta agua uno se convierte en dueño de todas las cosas y también del olvido, ¡Vamos! ¡Bebe y te convencerás!. Iskender, bebió, lleno de felicidad y alegría por haber logrado su objetivo; a los días, encaminados a las fronteras del reino, el mago y sus soldados cayeron al suelo, ciegos entre terribles dolores, Izkender si podía ver con sus ojos esmeralda, que le permitían ver a través de las piedras, a través del agua, como si todo fuera transparente, hasta el corazón del mundo.

Formando una larga fila, tomados de sus capas y con el Rey a la cabeza, llegaron hasta la piedra mágica, Izkender, golpeándola con su espada, preguntó: -¿Qué he de hacer para que mis fieles hombres recobren la vista? -Tus hombres, contestó la roca, se han vuelto ciegos porque tú quisiste ser inmortal; ya lo eres, pero nada se obtiene sin sacrificio, y tus súbditos hoy deben pagar por ti.

-¡No es justo! ¡No lo puedo aceptar! ¿Qué hago entonces? -Renuncia a la inmortalidad y el mago y los soldados verán de nuevo, dijo la roca.

Izkender sintió su corazón oprimido por la duda: ¿Cómo renunciar a un don que lo igualaba a los dioses, miró a sus compañeros de viaje echados por tierra, sus ojos apagados y hundidos por el cansancio y no vaciló: ¡¡ACEPTO!!

¡¡¡Y en ese instante sus ojos esmeralda, volvieron a tener el color de antes, el mago y los soldados llenos de alegría vieron nuevamente, y el Rey sintió que su corazón se hinchaba de paz y de felicidad!!!.  



Tomado de Luis Boggiero en Ventanas del Alma. 1990

sábado, 23 de enero de 2021

MI PRIMERA NOCHE EN....


Llegué a las oficinas del Ministerio de Educación en Los Teques, con mi título de Maestra, mis notas de los cuatro años de estudiante,  mis nervios por miedo a lo desconocido,  ya que mi tío me había enseñado el periódico "Ultimas Noticias"donde decía que había 15.000 maestros sin empleo. Como siempre acostumbro, cuando quiero lograr algo, guardo silencio, no opino; cuando llegué al pasillo de entrada de la Supervisión, observé a lo lejos que había un grupo de personas, que luego me dijeron, eran los supervisores de Educación, del Estado Miranda, porque se había levantado una huelga de maestros, (no sabía por qué motivos) era el año 1969, uno de los profesores se levanta de la reunión y muy amablemente me interroga. Yo le respondí, que lo único que  quería era trabajar, le enseñé mi boleta, y que no importaba el sitio, recuerdo a ese ser humano, ya que se portó muy bien conmigo, el profesor  José Antonio Camacho, me dijo que necesitaba una persona en Los Galpones, y quedé como Maestra Coordinadora, me correspondía buscar el sueldo de la otra docente en Ocumare del Tuy, firmar la documentación y entregarla al Banco y al ente de Educación correspondiente. Me dijo igualmente que el Instituto Agrario Nacional me daría una casa rural para mi estadía en Barlovento, cerca de la escuela. Llegué a mi casa a dar la noticia, de que ya tenía un cargo de maestra nacional, sino que también tendría vivienda para estar el tiempo que me correspondía y pagar mi  noviciado en rural, a lo sumo dos años. y que debía iniciarme el 03 de noviembre.


Mientras se adecuaba la vivienda, y yo compraba lo que necesitaría para vivir esos dos años, mis amistades de Caracas me consiguieron una ubicación cerca, mi amiga Sira, a quien se lo agradezco y  con quien compartí mis primeros días en Barlovento. Esa noche el tiempo estaba lluvioso, y yo nunca había estado fuera del abrazo de mi mamá. En Barlovento, cuando truena se siente que el ruido se va extendiendo por toda aquella llanura y se siente horrible, bueno eso era lo que yo sufría en ese momento; truenos, relámpagos, aguacero total, truenos, oscuridad, y más truenos que parecía una cancha de bolas criollas, rodando por una calle y golpeándose una con otras, o una cantidad de barriles chocando contra otra envergadura con temor de que me cayeran encima. ¡Relámpagos Pum!  ¡relámpagos pum! ¡relámpagos pum! ¡relámpagos pum! ¡pum! ¡pum!. 


Me removía en mi cuarto de un lado a otro, me tapaba la cara para no ver el brillo de las luces, los oídos para no escuchar el sonido de los golpes en el techo, me levanté sigilosamente con el colchón terciado debajo del brazo y toqué a Sira con las manos: -¡Por  favor déjame quedarme aquí, que tengo mucho miedo! Y Sira, una mujer mayor que yo, me contestó: ¿Miedo? ¡No juegue chica!. No me importó, puse el colchón en el suelo al lado de su cama y me acosté, mejor dicho, me acurruqué, luchando desesperadamente con mis miedos infantiles, volteada hacia Sira, que... ya.... empezaba a roncar... 



lunes, 28 de diciembre de 2020

CONSPIRACIÓN

Los seres humanos debemos estar muy pendientes cuando deseamos o queremos algo, o lo necesitamos con la mente, con el corazón o simplemente por vanidad y/u ostentación. Según el poder de ese deseo, según la energía silenciosa con que lo impulsemos, se verá, lo podremos traer a nuestro mundo. Es como si estuviera en un mundo aparte, lleno de las cosas que se pueden hacer visibles, nada más  esperando que lo saquemos de ahí para hacernos felices. Recuerdo siempre a Cony Méndez, cuando relata sobre una oportunidad en la cual se encontraba en Nueva York, sin un centavo, lo deseó no recuerdo con qué palabras, pero yo diría que sería "Dios proveerá", y agradeciendo antes de recibir con "Gracias Padre que ya me oíste", con tranquilidad, calma y certeza de que su petición está en camino, cuando justo en ese momento, por el aire venía un billete hacia ella, que lo tomó con sus manos temblorosas, agradeciendo a su Dios, al infinito, al universo por aquella bendición que estaba recibiendo. 

Recibimos mucho, si habláramos menos o nos quejáramos menos, recibiríamos más; el universo solito conspiraría más para complacernos.

Una de esas conspiraciones que el universo hizo en nuestro hogar, fue darnos una excelente mesa navideña, asentada en la armonía, para seis personas, con hallacas, tequeños, refresco, golfiado, torta, ensalada de pollo, pernil, choguí y licor para los amantes de sus efluvios.








Cuando no logramos nuestros deseos es porque nos falta empeño, decisión, y SILENCIO.
Silencio, por qué, porque cada vez que nos referimos a nuestros deseos y lo conversamos con uno y otro personaje, estamos dejando nuestra energía en el corazón de alguien que no conocemos, aunque creamos que sí..
Así que ésta es una escuela, dura, pero es lo que nos tocó, y hay que aprender a fuerza de recibir reglazos en las manos, o que nos arrodillen sobre granos de maíz y con un bloque de arcilla en cada mano.