TÉCNICA PARA CONTAR CUENTOS

Para contar cuentos a los niños o con un público, generalmente sus acompañantes que son los padres o maestros, se debe seguir ciertas reglas, que hará el contar cuentos una actividad placentera y fructífera.

A continuación las reglas:

1.- Ver al público

2.- Hablar fuerte y con mucho ánimo

3.- Sonreir

4.- No bailar

5.- No pasear

6.- Cada movimiento debe ser justificado por las palabras

7.- Voz alta, con buena pronunciación

8.- Mantener fijo el foco de atención

9.- Hablar suave en movimientos suaves

10.- No olvidar la kinestesia

11.- Cuando son varios cuentistas, no se presenta el compañero siguiente

12. Se debe contar un cuento, después de una actividad fuerte.

13.- Se puede contar un cuento, como inicio de algunas actividades.

14.- No se debe contar cuentos después de comer.

15.- Controlar los nervios con la respiración

16.- Recordar que el sudor brilla muchísimo

17.- El vestuario es acorde al gusto del cuenta cuentos o del cuento

18.- El cuento debe ser adecuado al público oyente

19.- En cuentos o teatro de calle, a los 15 minutos se debe hacer  una pirueta, prender antorchas, saltar, hacer malabarismos, hacer ruidos...

20.- Utilizar el mayor espacio posible

21.- Debe ser contado con mucha expresividad, haciendo énfasis en lo que va suceder, dándole las pausas necesarias para que brille la intriga.

22.- El contador de cuentos hace suyo el cuento, le da sus sentimientos, su estilo.

23.- Un recurso utilizado son los teatrillos con bastante colorido, o una televisión manual con dibujos e historias por cuadro

24.- Otro opción a utilizar son los títeres cuyo uso y despliegue es disfrutado por los más pequeños

25.- Es recomendable que el niño vea el libro de donde sale el cuento para que se enamore de las letras

26.- En las escuelas generalmente se usan los cuentos virtuales, que le llama mucho la atención al niño

27.- O pintar piedras y contar una historia con la que sea extraída por la mano de un niño

28.- Éxito

LA FLAUTA DULCE

 

Graciela es una hermosa niña de piel transparente, cabellos rizados color sepia, de perfil distinguido y una sonrisa cautivadora.  Hacía tiempo que ella había hablado con su madre en razón de lo mucho que le gustaba el baile, el canto o la práctica de algún instrumento musical, y la madre optó por comprarle un instrumento musical, que no fue otro que una flauta dulce, la cual empezó a saborear desde ya, inmediatamente.  Fueron muchas las horas que empleó en la práctica de las notas sublimes de la flauta.

La singular melodía que tocaba la hacía vibrar de una intensa felicidad, se imaginaba flotando en un mar de vívida luz, rodeada por incontables formas y colores...y pensaba...y soñaba que así como ella se desdoblaba hacia otros planos superiores sintiéndose tan feliz , podría ayudar a miles de niños, cuando oyeran su preciosa melodía.

Habló con el presidente de su país, un buen hombre que parecía un tanque de guerra, por lo grande que era, y le expuso su deseo de ayudar a los jóvenes, que carentes de amor universal, vivían en el angustioso hoy, ayer y siempre, pensaban y hacían cosas negativas creando con ello, minúsculos seres que los acompañaban día tras día, revoloteando alrededor de sus cabezas como si fueran zancudos.

Como al presidente le interesaba cuidar a los muchachos, preparó un acto en el Poliedro de Caracas, que así se llamaba para aquel entonces una gran y hermosa construcción, en pos de hacer una presentación una tarde tranquila, bañada por el ocaso del sol, de un día cualquiera... de una hora cualquiera.

Y así comenzó a tocar...

Los jóvenes iban entrando uno a uno, como hipnotizados por la melodía, los minúsculos seres caían al suelo en bandadas, desintegrándose al contacto con la música; las luces se apagaron pero no hacía falta, porque era tanto el brillo que brotaba del pecho de los muchachos, que parecía que una estrella se había desprendido del cielo y se había colocado en el techo del Poliedro.

Un extraño sentimiento de amor y paz universal los bañó a todos, y tomándose de las manos, abrazándose y llorando observaron con toda la plenitud de su nuevo corazón, como aquellas vibraciones y maravillosas formas, luces y colores se conjugaban unas con otras, permitiéndoles la felicidad anhelada, intensa e indescriptible, una confianza absoluta hacia toda la humanidad circundante, especialmente hacia sus padres y hermanos.

Desde ese momento Graciela ha sido completamente dichosa, porque supo que la verdadera felicidad consiste en ver sonreir a las demás personas.

¿Tú también lo has logrado?