lunes, 23 de septiembre de 2019

LA OUIJA


La Ouija es un juego para comunicarse con el más allá; en ese tiempo, quería saber del mundo, mi futuro, si me iba a enamorar, casar, tener hijos, si me iba graduar, emplear, ser feliz, si iba a evolucionar, prosperar, en fin todo lo que un ser humano requiere para estabilizarse en este mundo incomprensible, absurdo, caprichoso, sacrílego y alocado.
Ese día estaba en casa de mi comadre Yolanda, otra muchacha, pero que ya se había casado y era madre de una hermosa bebé, estábamos en su apartamento en Caracas, donde también yo vivía, pero hacia otra comunidad; había fallecido un conocido de su mamá y nos quedamos las dos a cargo de tres niñas, su hija y dos sobrinas de seis y siete años; por supuesto, enseguida nos vino la idea de jugar a la ouija en el cuarto de Irene, la del medio, que también era mi ahijada.
Tomamos una tapa de cartón de disco de acetato, una libreta y un bolígrafo para escribir las respuestas; Yolanda le puso las letras, el si y no, los números, buscamos una copita que serviría de enlace, buscamos una mesita, unimos las rodillas  y empezamos: ¿Me voy a casar?...¿Cuántos hijos voy a tener?...¿Dónde voy a vivir?...¿Voy a viajar?...¿Él me va querer mucho?...¿Él me va respetar?.....¿Tendré que remendar su ropa interior?...¿Voy a tener dinero? ....y preguntas van y preguntas vienen, la copita se mueve por todo el cartón, aceptando o negando, marcando fechas, nombres, el tiempo pasa y no nos dimos cuenta que la niña se había despertado y nos estaba observando, asustada, cotejando con su poca experiencia lo que nosotras estábamos haciendo.

De repente, la niña me llama: ¡¡madrina¡¡ ¡¡madrina¡¡ quiero ir al baño.
Dejamos todo, me levanté de la cama, le agarré las manitas y le respondí: -¡¡vente pues, que yo te llevo¡¡
¡¡No¡¡ ¡¡No¡¡ es que no puedo, no puedo pararme de la cama.
Yolanda y yo nos miramos, con el corazón en la boca, no atinamos qué decir.

Un mundo de ideas espeluznantes nos recorrió el espinazo y nos erizó la piel, los espíritus se habrían apoderado de ella?, estará poseída?, la tendrán atrapada y no la dejan pararse? Dios, que desesperación, no saber qué tenía esa niña tan pequeña, que la habían dejado a nuestro cuido y la habíamos descuidado con ese juego maligno, que no debíamos jugar más nunca...sería el difunto que estaban velando que vino a posesionarse de Irene...no no, no, qué íbamos a hacer???.

Yo casi llorando le dije, muchas veces: -¡vente¡, vamos para el baño, ¡¡vamos párate¡¡, le agarraba las manos, la halaba, pero la niña no quería nada, hasta que por fin se decidió y me respondió:
                     ¡¡Madrina no puedo ir al baño¡¡, 
                                       porque 
           
           ya 

               me 

                   oriné...

                            bu       bu        bu


martes, 17 de septiembre de 2019

BIENVENIDAS BIBLIOTECAS

Julio de 1999
Bienvenidas Bibliotecas de Aula, fue un artículo que escribí para la revista educativa Cosmos, con motivo de la llegada de las Bibliotecas de Aula a la Unidad Educativa Monseñor Rafael Pérez León, en Ocumare del Tuy.
"Cuando me apersoné al lugar, mis ojos se toparon con una gran pancarta que decía: Bienvenidos al Club de Lectura Juan José Flores, de la Unidad Educativa Estadal Monseñor R.R.P.L. COEULM-Miranda. De momento la sorpresa me abrumó al saludar a los docentes correctamente uniformados, agradables, sonreídos, joviales; los observé en contínuo movimiento como hormiguitas: iban de un lado para otro, mientras los alumnos cantaban y disfrutaban del espacio que se les estaba obsequiando en ese día.
Era un día cálido, con ese sol tuyero refulgente, la brisa batiendo sus alas en nuestros conmovidos rostros y la Directora Carmen Conde de A. recordando su semana anterior; ella y los docentes encargados habían contactado la música a Fundajoven, los zanqueros, al Cronista de Ocumare, un sinfin de globos de múltiples colores en hermosa composición y todo un conglomerado asistente, colaborador acucioso de escenarios, trajes y artistas, pavoneados bajo pantalones flecados,  Minie con grandes lazos, labios rojos, ojos pintados, caras sonrientes, luciéndose; el amor tocando con su varita mágica, a cada uno de los personajes que se encontraban inmersos en este hoy pleno, y un grupito de niñas hablando: "Ustedes serán las más blanquitas, pero eso sí, yo soy la más bella". Los globos desesperados por el inicio de la actuación de los miniartistas, comenzaron a explotar; el público en entradas abarrotadas, daba vivas y aplaudía frenético, sumido en la alegría de oir a la docente Magaly Pacheco, su exposición sobre Bibliotecas de Aula; mientras los zanqueros se abalanzaban bailando y saltando hacia el centro del escenario, y como cosa curiosa, se cuidaban más los pantalones que las piernas.  El teatro fue divino; había de todo, desde la poesía sobre la Bandera de Miranda, las experiencias de un niño que aprendió a leer, el cuento de un niño y su mascota; la flor; la nube y el ángel, la boda de la ratoncita, la cucarachita Martínez, los chivitos porfiados, la gallinita roja y el grano de maíz, dramatizado con títeres; Shakira, escenificada por la escuela Aragüita, invitada especial; el niño desmemoriado, la avispa y la mariposa, simbolización del Día de las Américas; hasta preescolar bailando tambor; y por último: el sufrimiento de una joven campesina, donde la imaginación de los muchachos, impregnaron el espacio de ocurrencias, que de sólo a ellos se puede extraer, y todo, estudiado bajo características descriptivas, físico-psicológicas del ambiente y sus personajes.
Por esto me doy cuenta, que sí vale la pena acompañar a los docentes, auparlos para que descubran sus inclinaciones lectoras, pues la escritura llega sola; visualizarlos como semillas sedientas, esperanzados en absorber de los demás, ideas para llevarlas inmediatamente a la práctica; dotar las escuelas de libros y otros materiales bibliográficos, entregar parte de nosotros mismos, sin egoísmo, con amor, con las manos abiertas, y sin esperar nada a cambio; aunque mejor no lo pueden expresar las Unidades Ejecutoras Deysi y Mariangélica, en ese momento de cosecha, cuando dicen con un fuerte y cálido abrazo: ¡¡GRACIAS¡¡"

COEULM: Comisión para la Enseñanza y Uso de la Lengua Materna

lunes, 16 de septiembre de 2019

EL COLOR DE MI SOLEDAD

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Esta es una hermoso texto, que obtuvo el primer premio de poesía en Bibliotecas de Aula, año 1999, firmado por Franklin Graterol, seudónimo: M. Arcángel, que declamé en un encuentro de Clubes de Lectura en Caracas, donde asistieron docentes de Estado Miranda y Caracas. (Expresión de un hermoso amor)


Luz
Tu sonrisa iluminando como un nuevo sol mi vida.
Sombra
Tu recuerdo en mi noche oscura.
Luz
Tu mirada de aprobación sosteniendo mi mirada.
Sombra
Mi existencia que me impide sostener la tuya.
Anhelo y deseo ser lo que no puedo ser.
Añoranza de ocupar un lugar en el engranaje de tu vida.
Sombra, sombra, sombra,
el paso de los días
que me alejan cada ves más de tus días
Matices tenues
tu imagen entre mis cosas,
colores firmes y oscuros,
resaltan mi destino;
de nuevo sombras
tratar de olvidarte, recordándome a mí mismo.
Luz inmensa
la esperanza de otra vida
otro cuerpo, otro mundo.
Sombra.
tu sorpresa al descubrir mi amor por ti.
amor germinado entre las letras
profundamente sencillas
que me inspiraste.
Género aceptado por mi, 
únicamente ante el brillo de tus ojos
y tu coquetería tan sensiblemente tierna.
Sombra,
conformarme con escribir para no perder tu esencia
para acallar el ruido, de este sábado solitario.
para burlarme de lo trágicamente ilógico
que puede parecer el vivir.
Degradación de luces y sombras 
es la existencia,
monocromía perenne
mi obsesión por ti.
Gritar fuerte que: "Yo soy" y me acepto.
¿Me llevará al plano donde mora tu luz?
o me hará vagar en el limbo
cotidiano de mi soledad.
Pero y ¿Cuál es el color de mi soledad?
Puede que sea como el manto oscuro
de esta noche negra,
rasgado por la luz intensa
de millones y millones de estrellas
brillando en un tiempo eterno,
sereno, fresco
como lo eterno, sereno y fresco 
de tu recuerdo. 
                                 M. Arcángel
                                        1999

sábado, 14 de septiembre de 2019

EL VENTILADOR

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Un ventilador es una máquina que posee tres o más aspas, las cuales se ocupan de mover el aire de una habitación, para proporcionar frescura, eliminando o dispersando el aire caliente.
Cuando un aspa se rompe, la calidad del trabajo no es óptimo, se hace pesada la rotación y sobre todo la molestia de perder  el equilibrio y estabilización de la máquina, por el contrario realizado sin ruidos, serenamente, y teniendo la seguridad que todo irá bien y efectivamente.
Nosotros cuando trabajamos en equipo, es similar, a que una de las aspas esté deteriorada, no puede seguir el ritmo de las otras, sencillamente hay que retirarla y colocar, anexar o cambiar el trío completo por un paquete nuevo, o también darnos un tiempo a esperar que la propia energía la o lo extraiga y envíe a otro lugar.
Esto es observable cuando se escuchan habladurías, malos consejos, determinaciones negativas, incumpliendo con la calidad del trabajo, importarle a este trabajador/a su evaluación personal en A o en Z, inasistiendo por cualquier causa, dejando de cumplir con la información que le compete entregar, no adiestrándose eficazmente en sus obligadas competencias, enunciando palabras vacías constantemente, consultando segundo a segundo los medios virtuales, trayendo a su vida las miserias y carencias que sus palabras decretan, en otras palabras dejando de ser un feliz proactivo para hundirse en el sillón de las circunstancias pasivas navegando en un arroyo con final impredecible.
Un saludo a todos los que aman la vida como la he amado yo, en circunstancias deplorables o favorecedoras.  
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viernes, 13 de septiembre de 2019

EL TUMOR Y LO QUE HICE..

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En una oportunidad, todavía trabajaba con pizarrón y tiza, me sentía incapaz de levantar el brazo derecho para escribir, me dolía mucho hacerlo; pero debía trabajar con los niños, así que sostenía mi brazo derecho con el izquierdo, me costaba mucho, pero ignoraba lo que le pasaba a mi brazo, igualmente no podía barrer, ni pasar coleto, ninguna actividad física.
Un buen día decidí examinarme y toqué mis senos, quedé asombrada cuando comprobé que tenía un bulto del tamaño de una moneda y como un centímetro de espesor en el fondo, pegado a las costillas, en el centro del seno.
Pensé...pensé y pensé, decidí que me lo bañaría con alcanfor y le pondría calor durante toda la noche con el cojín eléctrico. Ésto dio como resultado que el bulto bajara de donde estaba y se perdiera en las costillas flotantes; eso sí, estuve quemada por un buen tiempo, pero logré la movilidad de mi brazo, hasta el día de hoy, gracias a pensamientos de salud generados en el universo, que llegaron a mi mente y acepté gustosa, dejándome llevar por esa corazonada..  

sábado, 7 de septiembre de 2019

AVISOOOOOO


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Me contaba Efraín S. que un día fue invitado a una celebración de la Cruz de Mayo, y por supuesto no iba faltar, tomó su autobús y se bajó donde no era, y estaba como pajarito en grama, miraba para arriba y para abajo, no hallaba cómo decidirse a entrar por la vía que le habían invitado, no estaba seguro. Así que se decidió con muchas dudas por una vía, cuando escuchó un grito:
Profesor, profesor, qué hace usted por aquí?.
-Ay mijo, es que voy a la casa de fulana , donde celebran la Cruz de Mayo, mire, y no sé, para donde voy, ni por dónde voy, estoy perdido.
¡¡Ay¡¡ profe no se preocupe, nosotros somos los duros del Pérez Bonalde, lo llevaremos a la casa de la fulana y lo sacaremos de allí, vamos...caminando.
Pues los muchachos lo llevaron a la fiesta, lo fueron a buscar y de regreso lo metieron en el autobús...-chao profesor...hasta aquí lo cuidamos.
Escuchando ese relato, yo también tengo mi propia historia.
Cuando empecé a trabajar en Súcuta, ya recortaba camino, yéndome por Parosquita, bajaba y pasaba el puente, subía salía a la calle Ambrosio Plaza y ahí me montaba en la camioneta de Súcuta, de regreso, me bajaba ahí mismo subía esa calle de Parosquita y llagaba a mi casa en Parosca; primero recortaba camino, segundo me ahorraba un pasaje y sobre todo tiempo.  Pero un día...
Pero un día, bajé, crucé el puente de Parosquita y empecé a caminar hacia la parada, cuando escuché la voz de una muchachita que decía: -La maestra Josefina si es loca, cómo se le ocurre venirse por aquí.
Miré para cada una de las casas, las puertas, las ventanas, los techos, jardines, por ninguna parte había un alma, todo era silencio, silencio absoluto, puertas cerradas, ventanas cerradas, había una ventana medio abierta y me quedé mirándola a ver si aparecía alguien, o alguien me saludaba, nadie se asomó, y como la vida está llena de avisos para continuar, desde ese día me prometí que nunca más caminaría por esos lares, porque eso había sido un ...
A   V   I   S   O  

sábado, 31 de agosto de 2019

LOS BARRETO

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Seis hermanos de apellido Barreto, salieron de las islas Canarias, hacia el paraíso terrenal: Venezuela, con las ilusiones a flor de piel, en un gran barco propio, con todas esas cosas queridas que no eran capaces de abandonar, así como habían dejado en una fría tumba cuerpos de los padres fallecidos, almas desgarradas por el infortunio de la Patria desolada e insostenibles lazos fraternos, manchados con sangre.
María de Barreto, se trajo una esclava, a quien quería como un familiar muy preciado, mujer que se había criado con ellos, esclava que en un descuido, no se sabe si mareada o un acuciante miedo a lo desconocido, un oscuro presentimiento, que no pudo descifrar, fue hipnotizada por el vaivén del monstruo  y cayó entre sus aguas rebeldes, hubo gritos, lágrimas, esfuerzos, nada sirvió.. el mar abrió sus fauces y la desapareció sin contemplaciones.
La travesía continuó, los dolorosos recuerdos eran comentados una y otra vez, sin explicación, sólo lágrimas silenciosas se obtenía como respuesta, rodando por las pálidas mejillas; Cómo olvidar la ofrenda que habían entregado para escalar la cima del ansiado paraíso.
Y llegaron.., cada uno de estos hombres bregadores se dirigió, entre abrazos, besos y miedos a una incierta despedida, hacia cualquier punto de esta desconocida Venezuela.
Mi familia se dirigió a Palo Negro en el estado Aragua, se instalaron en lo que es hoy la aviación y La Croquera, por algunos años todo era felicidad, nacieron tres mujercitas: María de Jesús, Guillermina y Justina y una por fuera del matrimonio: Narcisa.
Cuenta mi abuela que su  papá en navidad le regalaba a cada obrero un saco de granos o queso, o cualquier alimento que estuviera interesado el receptor, que tenía una habitación donde lanzaba las morocotas de oro y allí nadie entraba, que sus zapatos lo traían de las islas, bordados con piedras semipreciosas, que su papá tenía amputada una pierna y la prótesis fue traída de Alemania, tenía además un maestro particular que las atendía en el hogar y como era un espacio rural vivían felices  entre animales, árboles de eucalipto para mecerse con la brisa y frutales, hasta que mueren los progenitores, contaba mi abuela con ocho años. Las niñas quedan huérfanas y son enviadas a hogares  distantes entre sí, María de Jesús va hacia Turmero, donde se casa con un caballero de apellido Puerta y logra una extensa familia, de favorables recursos económicos, Guillermina fue criada en Palo Negro, donde hace nupcias con Salomé Martínez, quienes vivieron al lado de la vivienda de sus ancestros; la bella Justina, fue entregada a los esposos Cróquer: Carmen y Cirilo, primos de la familia Barreto. Le digo bella porque un ciudadano de su época me refirió que ella era la mujer más bella de Palo Negro..
En fin la vida sigue y Justina, no se sabe si por falta de cordura, rabias acumuladas o añoranzas del amor parental, o como lo expresan todos los adolescentes, que dicen no sentirse queridos, o abusados, maltratados, decidió irse de esa casa en busca del amor negado, a  los quince años, considerada por la familia como la "oveja negra", dando tumbos de aquí para allá, sin dinero, sin un techo donde vivir...sin nada en las manos, deambulando de una casa a otra, prestando sus servicios para el hogar, oficio que no sabía, por ser la princesa de la casa, la más chiquita, la consentida; tuvo que aprender, por hambre, por necesidad, creyendo ingenuamente en palabras de amor, esperando vanamente llegar otra vez al sitial que la vida le había arrebatado, quedó embarazada siete veces, y los hijos fueron pereciendo uno a uno, dejándola triste como La Dolorosa, hasta la muerte del único varón que vio por ella, el 4 de octubre de 1971, yendo a su encuentro, lo siguió el 25 de octubre del mismo año, con una simple gripe y un gran dolor.
Por aquellos años, mi mamá y mi abuela fueron a trabajar a la hacienda de sus padres, a planchar ropa, hacienda que había cambiado de nombre y ahora se llamaba La Croquera. Me contó mi abuela que siendo una joven madre, cargada de hijos, se acercó hasta ella su primo Cirilo y le ofreció comprarle una casa, que le dijera dónde, pero ella llena de orgullo, rabia, desamor y desesperanza, le contestó que no necesitaba nada de él, que se fuera y no la buscara más. Años después, su esposa en su lecho de muerte, la mandó a llamar para pedirle perdón por el trato que le había dado en su niñez y adolescencia, comprendiendo así que sentía culpabilidad por la vida tan desastrosa que había llevado esta niña sola, huérfana de padre y madre, que ella había cobijado en su triunfante y próspero hogar.
Hoy yo, descendiente de Justina, a quien amé y amo sin medida, me hace recordar los coloquios que teníamos, sólo a ella le hacía preguntas engorrosas, me acurrucaba en su pecho, en sus piernas y soñaba ser la dueña del infinito, de su indecible amor que no tuve reparos en disfrutar yo sola, si más nietos.
Hoy, cuando llega a mis manos una niña abandonada cuya fecha de nacimiento es la de ella, con las mismas características, el mismo sufrimiento, la misma pérdida, las mismas ilusiones, le doy la bienvenida a Justina, mi abuela que ha decidido venir a visitarme y quedarse conmigo, igual, cuando soñé que alguien tocó la puerta y abrí, era mi abuela, humilde, recostada de la pared, me sorprendí y le grité: ¡¡Abuela y qué haces tú aquí? me contestó dulcemente: --Sólo vine a saber para dónde se habían mudado. PROOOM. Me desperté y me quedó una bonita sensación de amor.

                                                       Mi abuelita adorada