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miércoles, 12 de enero de 2022

LAS MARAVILLAS DE VENEZUELA

 


Maravillas que deberíamos todos conocer

1.  La Gran Sabana y el pico Roraima

2.- El Salto más alto del mundo: el Salto Ángel

3.- Los llanos

4.- Los Roques

5.- La isla de la Tortuga

6.- La cordillera de Los Andes con su pico Bolívar

7.- El Parque Nacional Musical Henri Pittier

8.- El Delta del Orinoco y su transparencia

9.- El Castillo de Santa Rosa

10.- La Ciudad Universitaria de Carcas

11.- El Relámpago del Catatumbo

12.- El Casco Histórico de Coro

13.- El Metro de Caracas

14.- La Casa Natal del Libertador

15.- La Basílica de la Chinita

16.- El Complejo Refinador de Paraguaná

17.- El Teleférico de Mérida

18.- El Museo de los Niños

19.- El Puente Orinoquia

20.- El Puente Rafael Urdaneta

21.- La Represa del Guri

22.- El Santuario Nacional Nuestra Señora de Coromoto

23.- El Teatro Nacional Teresa Carreño

24.- Los Médanos de Coro

25.- La Cueva del Guácharo

26.- La Cueva del Peñón

27.- Parque Nacional Canaima

28.- Parque Nacional Mochima

29.- Colonia Tovar

30.- El Auyantepuy 

31.- Cueva Sima Humboldt



jueves, 18 de noviembre de 2021

SEGUIMOS DE FIESTA


Bueno, y pasó mi cumpleaños, con mi torta, principalmente y esa sopa exquisita que nos degustamos, el tiempo que estuvimos cantando y recordando viejos tiempos; ahora pues viene el cumpleaños de Vicki, que los padres han estado armándolo desde hace un mes, tiene sus confites para niños, colchón inflable, piñata, perro-caliente, caramelos, torta, refresco, lo que esa bebé nunca ha disfrutado y no conoce, porque nació en 2013, fecha en la cual se inició la debacle nacional donde fuimos embestidos por pisones y agresiones de todo tipo, por el mundo entero, y donde los niños fueron los primeros perdedores ya que sus alegrías y disfrutes se fueron evaporando. 

Hoy estamos mejor y podemos hacerlo; la niña está super emocionada, no hace más que hablar de su cumpleaños, y nosotros felices de que la veamos soñando como soñaron y se ilusionaron las otras dos nietas que tuvieron sus buenas fiestas de cumpleaños con un montón de amiguitos. Recuerdo en el 2013, estábamos en Mérida, en una posada y Gabriela, mi nieta, me abrazó y me dijo estas palabras: "Abuela, gracias por esta posada, gracias por disfrutar de este frío, por disfrutar de este clima, por este viaje, (que lo hicimos en avión), gracias abuela estoy muy contenta y muy felíz de estar aquí en estas vacaciones", y sólo tenía siete años.

 Desde ese viaje no ha habido más, esperemos que la espera sea para bien.

domingo, 26 de septiembre de 2021

JOASAN Y EL POZO

 Había una vez un niño llamado Joasan que vivía en Venezuela, hacia la cordillera de Los Andes, en un lugar llamado Mérida, donde nevaba todo el tiempo en sus cumbres, ya que ahí está la más alta de nuestro país, el pico Bolívar, en honor a nuestro Libertador.

En ese lugar las casitas tenían los techos rojos y sus paredes de tierra y piedras de la montaña, bastante gruesas que le añaden al paisaje esa hermosa particularidad, con los animales de granja, corriendo de un lado a otro los riachuelos y cascadas esparciendo la vida entre el musgo, los pájaros y palomas buscando alimento y con ello todo el ambiente se torna fresco, pintoresco y divertido.

Había muchos plantas de color amarillo y árboles por los alrededores de su vivienda que tapaban el sol con su follaje, y Joasan, se acercó a ellos para descansar, porque había corrido mucho,

Además quería darse un buen baño, por lo que decidió lanzarse en un pozo que encontró, pero en el agua se sintió atrapado y no podía salir ni respirar; dentro de esa corriente lo observaba Beni, que era un ser mágico y poderoso, dios de las aguas de todo Mérida, que miraba como el muchacho era llevado sin control  por dentro sin que pudiera defenderse; así que decidió tomarlo por un brazo y lanzarlo en algún lugar de la ribera, pero cerca del pozo para que no perdiera la orientación de donde quedaba su casa, sobre una hojarasca; Joasan se levantó asfixiado, tosiendo y vomitando agua, pensando en lo que le había acontecido.

Al día siguiente, pensando que tenía una obligación con Beni, de salvaguardar sus dominios,  se levantó  bien temprano, se montó sobre una mariposa, porque necesitaba decirle al gobierno que en Mérida las aguas tenían mucha fuerza y que había que cuidar todo ese territorio porque Venezuela tenía una obligación con el espacio donde él vivía, y todos debían ayudar  a hacerlo; así que llegó directamente hasta el despacho presidencial con el abogado y Presidente 
Germán Suárez Flamerich para que decretara esa zona como Parque Nacional Sierra Nevada, ya que es un área de gran importancia ecológica de Venezuela, sobre todo porque tiene el pico Bolívar como la mayor altura del país, cuestión que aconteció el 2 de mayo de 1952, mediante decreto 393. 
Nuestro pico Bolívar
 

miércoles, 10 de marzo de 2021

LA OFRENDA DE NIÑOS VIVOS


 Esto que voy a contar, sucedió en el estado Mérida, y se refiere a cómo se formó la laguna de Urao, dicen los que cuentan que las Vírgenes de Motatán lloraron con mucha desesperación cuando veían cómo morían los bravos guerreros Timotes, ante el acoso de los conquistadores españoles; se dice también que como esas aguas estaban formadas por lágrimas tenían un sabor salobre, es de recordar que está ubicada en el sur de Mérida y debería ser de agua dulce. Cuentan los que saben que esta laguna tenía la magia de desplazarse por los aires, como lo hacen las nubes, cambiando de lugar a voluntad, fue en un tiempo al Páramo de Mucuchíes, luego se fue a los pies de las Cinco Águilas Blancas hasta llegar al suelo cálido de Lagunillas de Mérida.


Los indígenas que rodeaban la laguna de Urao querían saber cómo podían retenerla con el fin de disfrutarla y un brujo malvado que escuchó estos clamores les contestó: _Para lograr que la laguna de Urao no se marche de vuestros predios, deben entregarle, todos los años, un niño vivo, para que ella al devorarlo se mantenga muy quieta y en absoluta calma.


Esta receta fue cumplida por los indígenas, quienes cumplieron fielmente con ese ingrediente secreto para mantenerla quieta y tranquila, y cuando llegaron los misioneros, lograron, con grandes esfuerzos que cambiaran las ofrendas de niños por las de perros o gatos, cuyos esqueletos aún deben estar en el fondo de sus aguas; así entregaban a estos animales en un día llamado "El día de la Ofrenda"

El tiempo ha pasado, pero las ofrendas siguen, con un cambio total y es que los agricultores y campesinos de los alrededores le ofrendan flores, frutas, monedas, pensando que si ella se hace la dormida, está muy viva y en cualquier momento puede despertar y quién sabe con qué furia lo puede hacer. 


En cambio hay otros que alegan que dentro de sus entrañas vive una gran culebra que los puede aterrorizar. 


Algunos con complejo de culpa dicen que debajo hay un pueblo de niños, que convive dulcemente, aplacando a diario la cólera con la que ella se exhalta de vez en cuando. (Tomado y recreado de Leyendas y Tradiciones Venezolanas de A. P. Esclarín)


Hoy día es mucho lo que hay que hacer en las aguas de la laguna, su cuerpo se está desapareciendo, los indígenas le hacen ofrenda y reverencia.

 Ha habido quema en sus orillas, parece que a la gente no le importa sus aguas, pero necesita de más afluentes para tenerla viva y contenta. 

Con los problemas existentes las Fuerzas Armadas del país tuvieron que realizar un papel de trabajo para la apertura de calicatas, irrigación por derivación, limpieza de canales y poda de juncos que ha permitido recuperar el nivel freático en el lecho.

 Junto con las etnias quinaroes, quinanoques, mucumbú, orkas, casés y guazábara, así como la población en general que desea fervientemente su regeneración y que siga siendo Monumento Natural enunciado desde el 18 de junio de 1979. (Tomado de Notiandes). A continuación la escenificación de la laguna de Urao, realizada por Yojhan Vargas. Compañía Nacional de Teatro. 31 de enero de 2017. Plaza Las Heroínas. Mérida.

https://yojhanvargas.wordpress.com/2017/01/31/urao/



viernes, 25 de diciembre de 2020

MURACHÍ Y SU PRINCESA


 El cacique Murachí de la tribu de los caribe, mocotíes que habitaban un sitio escondido entre las montañas, llamado Murrupuy, defendió a su pueblo de los ataques españoles, pero se vio obligado a desplazarse a otras  regiones, después de poner a salvo a su esposa la princesa Tibisay, ya que siguió enfrentándose a los españoles hasta morir en batalla (Esta es la versión recopilada de Almanaque Mundial) 

La siguiente versión es la del estado Mérida, Dirección de Cultura: 

Murachí era ágil y valeroso, más que todos los indios de la tribu, su brazo era el más fuerte, su flecha la más certera y su plumaje el más vistoso, por lo que cuando les tocaba el caracol en lo alto del cerro, sus compañeros empuñaban las armas y le seguían, dando gritos salvajes seguros de la victoria. Murachi era el primer caudillo de las Sierras Nevadas,  Tibisay su amada, era esbelta como la flexible caña  del maíz, era de color trigueño, ojos grandes melancólicos, de abundante cabello, por eso eran para ella los mejores lienzos del Murripuy, el oro más fino de Aricagua y el plumaje del ave más rara de la montaña; ella había aprendido, mejor que sus compañeras los cantos guerreros y las alabanzas del Ches, por ello en los convites y danzas dejaba oir su voz, ora dulce y cadenciosa, ora arrebatada y vehemente, exaltada por la pasión salvaje. "Huye, huye 


Tibisay nosotros vamos a combatir; los terribles hijos de Zuhe han aparecido ya, sobre aquellos animales espantosos, más ligeros que la flecha: mañana será  invadido nuestro suelo y arrasadas nuestras siembras. ¡¡Huye!!, ¡¡Huye!! Tibisay nosotros vamos a combatir; pero antes  ven mi amada y danza al son de los instrumentos, reanima nuestro valor con la melodía de tus cantos y el recuerdo de nuestras hazañas". La danza empezó en un claro bosque, triste y monótona, como una fiesta de despedida, a la hora en que el sol, enrojecido en el ocaso, esparcía por las verdes cumbres sus ùltimos reflejos. Pronto brillaron las hogueras en el cìrculo del campamento y empezaron a despertar, con las libaciones del fermentado maìz, los corazones abatidos y los ìmpetus salvajes. Por todo el bosque resonaban ya los gritos y algazara, cuando cesó de pronto el ruido y enmudecieron todos los labios, Tibisay apareciò en medio del círculo, hermosa a la luz fantástica de las hogueras, recogida la manta sobre el brazo, con la mirada dulce y expresiva, el continente altivo, lanzó tres gritos graves y prolongados, que acompañó con el sonido el fotuto sagrado y luego extasió a los indios con la magia de su voz. 


Este es el canto de los guerreros de Mucujún". "Corre veloz el viento; corre veloz el agua; corre veloz la piedra que cae de la montaña" "Corred guerreros; volad en contra del enemigo; corred veloces como el viento, como el agua, como la piedra que cae de la montaña".

"Fuerte es el árbol que resiste al viento; fuerte es la roca que resiste al río, fuerte es la nieve de nuestros páramos que resiste al sol".

"Pelead guerreros, pelead, valientes, mostraos fuertes, como los árboles, como las rocas, como las nieves de la montaña".

"Este es el canto de los guerreros del Mucujún".  

 Un grito unánime de bélico entusiasmo respondiò a los bellos cantos de Tibisay, concluida la danza, Murachì acompañò a Tibisay por entre por entre la arboleda sombría, no había ya más luminarias que las estrellas titilantes en el cielo y las irradiaciones intermitentes del lejano Catatumbo.

 Ambos caminaban en silencio con el dolor de la despedida en la mitad del alba y temeroso de pronunciar la postrera palabra:¡ADIOS! 

Hay un punto en que los ríos Milla y Albarregas corren muy juntos casi en su origen. Los carros ofrecen allì dos aberturas, a corta distancia una de otra, por donde los dos ríos se precipitan, siguiendo cañadas distintas para juntarse de nuevo y confundirse en uno sólo, frente a los pintorescos campos de Liria, besando ya las plantas de la ciudad florecida, la histórica Mérida. En aquel punto solitario encubierto por los estribos de la serranía que casi lo rodean en anfiteatro, Murachí tenìa su choza y su labranza         -¡Tibisay!", dijo a su amada el guerrero altivo, _"Nuestras bodas serán mi premio si vuelvo triunfante, pero si me matan, huye Tibisay, ocúltate en el monte, que no fije en ti sus miradas el extranjero, porque serías su esclava".


El viento frío de la madrugada llevó muy lejos a los oídos de Murachí los tristes lamentos de la infortunada india, a quien dejaba en aquel apartado sitio, dueña ya de su choza y su labranza, cuando la primera luz del alba coloreó el horizonte, por encima de los diamantinos picachos de la Sierra Nevada, resonó grave y monótono el caracol salvaje por el fondo de los barrancos que sirven de foso profundo a la altiplanicie de Mérida, los indios, organizados en escuadrones, estaban apercibidos para el combate.

Pronto se divisó a lo lejos un bulto uniforme que avanzaba por la planicie, el cual fue entendiéndose y tomando formas tan extraordinarias a los ojos de los indios que el pánico paralizó sus movimientos por algunos instantes, pero a la voz del caudillo, la turba se precipita, como desbordado torrente prorrumpiendo en gritos horribles y llenando el aire con sus emponzoñadas flechas; 



Murachí iba a la cabeza, blandiendo en alto la terrible macana y transfigurado el rostro por el furor, cuando una súbita detonación detiene a los indios, palidecen todos llenos de espanto, se estrechan unos contra otros, dando alaridos de impotencia, y bien pronto se dispersan, buscando salvación en el borde de los barrancos, por donde desaparecen en tropel.


Sólo Murachí rompe su macana en la armadura del que fuera conquistador, sólo el bravo Murachí ve de cerca aquellos animales espantosos que ayudaban a sus enemigos en la batalla, pero también sólo él ha quedado tendido en el campo, muerto bajo el casco de los caballos.

El clarín castellano tocó victoria y la tierra toda quedo bajo el dominio del Rey de España; cerca de las márgenes del apacible Milla, en aquel sitio apartado y triste, abrióse un hoyo al pie de la peña para sepultar a Murachí, con sus armas, sus alhajas y las ramas olorosas que Tibisay cortó en el bosque para la tumba de su amado.


Tibisay vivió desde entonces sola con su dolor y sus recuerdos en aquella choza querida, sus cantos fueron de ahora en adelante, tristes como los de una alondra herida. Los indios la admiraban con cierto sentimiento de religioso cariño y la colmaban de presentes, era para ellos un símbolo de su antigua libertad y al mismo tiempo un oráculo que consultaban sigilosos. Ya los españoles señoreaban la tierra y gobernaban a los indios, sólo Tibisay vivía libre en la garganta de aquellos montes o entre las selvas de sus contornos, pero era un misterio su vida, algo como un mito de los aborígenes, que atraía a los españoles con el fantástico poder de las ficciones poéticas. Ningún conquistador había logrado verla todavía, sin embargo, nadie ponía en duda su existencia, decíanle los indios que era una princesa muy hermosa, viuda de un guerrero afamado, a quien había prometido vivir escondida en los montes mientras hubiese extranjeros en sus nativas sierras.


Era un encanto la voz de la fugitiva, que los cazadores oían de vez en cuando por aquellos agrestes sitios, como el eco de una música triste que hería en la mitad del alma y hacia saltar las lagrimas. En sus labios el dialecto muisca, su lengua nativa, sonaba dulce y melodioso y no era menester entenderlo para sentirse conmovido el corazón.



Fuente: Revista El Cojo Ilustrado, No. 148, Caracas, 15 de febrero de 1898 / Biblioteca Popular Turismo Andino, Tomo 5.

jueves, 3 de diciembre de 2020

MUCUNUTÁN

 

                                                      El avión donde nos fuimos

Este viaje lo hicimos al estado Mérida en el año 2013, fue bueno el espacio a donde llegamos, el dueño de la vivienda es de Charallave, trabajó en una dependencia del Estado, se jubiló y se fue a Mérida, como su sueño de vejez, allí construyó dos viviendas, una para alojar turistas y la otra para el hogar. Llegamos contactando por mensajes y teléfono todo lo referente al traslado, avión, vehículos, recibimiento, vía, emolumentos, etc. En esta oportunidad visitamos los lugares a los que no fuimos en otros viajes. Fueron unos días muy buenos, que aprovechamos toda la familia pero quién sabe cuándo volverán, por la situación político-económica actual.

Camino a la vivienda donde nos íbamos a hospedar, a la derecha
                         La cocina                          

                   Gabriel esperando la salida
                        Esta fue mi cama
                   Los niños desayunando
                   Pasillo a la cocina
                           El pico Águila
                 En los Chorros de Milla

                      Andrea escalando
                 En la heladería La Coromoto
                   Congelados en el río Chama
             Los indígenas le llamaban chama porque se les parecía una serpiente cuando lo veían de lejos.
                    En el parque del lector
                  En la laguna de Mucubají
               En una vivienda tradicional de la vía
                 Gráfica desde la cabaña, arriba.
Encontré vegetación de los Valles del Tuy, como la pira, el mango aunque dañado, caucho, pino, rosas, fresas, eucalipto; en fin todo fue bueno, tanto así que mi nieta Gabriela se despertó tempranito y me dijo: "Abuela gracias por este día, gracias por este momento, gracias por estas montañas, gracias por este frío, este es un día inolvidable".
_¿Qué más quiero, para sentirme pagada?
_Si con esto tengo el mundo en mis manos y el corazón esponjado.


jueves, 17 de septiembre de 2020

HOTEL VALLE GRANDE

 En agosto 2008, pasamos las vacaciones en Mérida, Cordillera de los Andes, un lugar excepcional por la singularidad de sus paisajes, de su gente, de su alimentación, de su música, y de lo bien que uno se siente ahí, compartiendo con sus comunidades. En esta oportunidad nos alojamos en la suit del hotel Valle Grande, km 10 del Páramo La Culata, perteneciente al Instituto de Previsión Social del Ministerio de Educación. Aquí guardo celosamente algunas de las fotos que tomé con mi celular.

Visitamos en esa oportunidad los Chorros de Milla, la comunidad de Los Aleros, que para ir a lugares específicos en la recepción hay diferentes listas donde uno se anota y recibe las orientaciones de salida y entrada, de nuevo al hotel, También se puede hacer individualmente y no en excursión, como lo hicimos nosotras, que llegamos en taxi y esperábamos el autobús para devolvernos.

    
Llegando al hotel, inscribiéndonos en la recepción

    
Vista desde el parque   

 
                             Paseo y una cabaña

          
Prendas en los Chorros, me compré una sortija


saboreando algodón de azúcar

          

En los Chorros de Milla, peces

          

          En Los Aleros                             Andrea espera su cédula de identidad

         

Esperando en la parada                         Comprando dulces

                 

Como el perro labrador de Bolívar, Nevado


           




       

En la plaza Bolívar

      






     
  

Lugareños, imprenta    

   
cuadros pintados con chimó

   

No podía faltar el teatro, cuando llegamos había música y bailé

     
          Él nos estaba indicando un acuario y un museo
    
Aquí estábamos en el centro de Mérida, la iglesia
       


              La heladería Coromoto con todos los sabores
En el hotel

   
Mi habitación





Y bueno, me encontré con europeos que decidieron huir de sus países y encontraron en Venezuela un apoyo, un hogar, un reposo para sus días agitados o perseguidos, me imagino que ya sus cuerpos estarán en reposo eterno, o quizás no, por la vida tan agradable que llevan o han llevado, ya que hicieron de sus profesiones antiguas un arte aquí en América, enseñando a los más jóvenes el conocimiento que da continuación a más aprendizajes.