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jueves, 14 de abril de 2022

¡SORPRESA!

 

Había una vez una tocaya, preocupada porque se acercaba el cumpleaños de una de sus hijas, que decidió sin pensarlo mucho hacerle una torta y un arrocito con coco y papelón; se puso a investigar cuáles eran las compañeras mas cercanas a ella, las que ella más nombraba y hacerle la invitación para cantarle el cumpleaños o las mañanitas.


Una de las invitadas fue la Directora del plantel donde su hija trabajaba, porque son maestras de Educación Inicial; la Directora, como no puede estar tranquila ni un momento, enseguida se puso a pensar que había otra parte del personal que también cumplía en este mes de abril y se fue a la escuela a buscar en el archivo el currículo de cada uno y empezó a sacar nombres, Yeidré, Yennifer, y, verdad, ahí estaba Norkis y Yormarvin. Sin más llamó a Maritza y le comunicó lo de este gran problema y qué era lo que debían hacer y que no podían pasar por alto esta situación.
La Directora y la profesora Maritza
Grupo de docentes

Mientras tanto la tocaya iniciaba su repostería y sacaba cuentas por los invitados de su casa y los de la escuela por invitación especial; en este segmento Norkis decía: ¡Caramba, ni un mensaje!, ni una llamada telefónica, hoy si que es verdad que se olvidaron de mi; ¡ni mi mamá!, ¿Cómo es ésto posible?. Bueeeno, que siga la fiesta.

La profesora Norkis con sus hijos

La Directora Elida le hizo saber a las cumpleañeras que se acercaran a la casa de Norkis ya que tenían que llenar unas planillas, que había que entregar al día siguiente, con carácter de urgencia a la una de la tarde, mientras Élida luchaba con una torta que tuvo un inconveniente de "pasada de horno", hizo otra, luego esperó que se enfriara, la llevó a otro lugar para que otras manos bendecidas la decoraran y venía con esa carga hacia la plaza Bolívar, mirando para todos lados a ver si Marcos la auxiliaba. Lo mejor del caso es que Maritza la llamaba y le preguntaba: -¿Cuándo llegas?, -¡Voy llegando! (y estaba enfriando la torta); -¿Cuándo llegas?, -¡Voy llegando! (Y estaban decorando la torta); -¿Cuándo llegas?, -¡Voy llegando! (Y estaba en camino hacia la plaza Bolívar); -¿Cuándo llegas?, -¡Ahora si voy llegando!; -¿Cuándo llegas?, -¡Voy llegando al puente!; y nosotras desde aquí observando que ahora si, venía con una inmensa torta caminando por la calle del Santo Ángel y se turnaban entre ella y su hija Samari, por el peso que representaba.

Samari
Ahí salió Marcos, por segunda vez, corriendo a prestarle auxilio, balbuceando palabras incomprensibles para el género humano.
Calle del colegio Santo Ángel 

Después de un buen y agradable rato de conversación armónica, donde consumimos unas arepitas de espinaca con picante, que yo les había preparado al mediodía, y una buena taza de café que nos brindó Norkis, se hizo el momento de cantar el cumpleaños, cantamos sin la tocaya, porque ella venía más tarde con la otra torta.

Torta tres leches
En resumen Yennifer había traído una torta tres leches, había papelón con limón y la torta de Élida. Cantamos, tomamos fotos, nos pasamos archivos y hasta Ana Teresa estuvo realizando pases de baile. 
Ana Teresa bailando

Después de otro rato, suena el teléfono y recibe el hijo mayor de Norkis, y con voz de hombrecito en ciernes, nos dice: ¡Hagan silencio, por favor!, ya que él estaba recibiendo la orden de que fuera a buscar una media que se había caído desde su piso.

Familia completa
Así, bajó con la llave para abrir las puertas y darle entrada a la tocaya, su abuela, hijas y nietas, con los demás postres.
Cumpleañeras

Yeidré, Élida y Marcos

Élida, bañada en gloria


La profesora Yormarvin cortando la torta


Platos de torta, deliciosos


Arroz con coco

 Feliz cumpleaños para estas jóvenes mujeres.

martes, 5 de octubre de 2021

ESPIRITUOSAS O ESPIRITUALES

 


Fuí invitada a una primera comunión, y hacia allá nos dirigimos Vicki y yo, nos fuimos a las cuatro de la tarde y regresamos como a las nueve de la noche, con el silencio de la noche, porque a esa hora ya todo el mundo está encerrado en su casa compartiendo con sus familiares. Como Vicki fue informada de que era algo santo, y yo se lo recalqué, pues la niña dispuso que iba a ensayar "Padre nuestro" para cantarlo y ofrecerlo a la bautizada Mariángel, también dispuso que se iba a aprender algo de ángeles y "Que canten los niños" que ya la había cantado en una oportunidad en el preescolar. Yo acepté gustosa, porque era la primera vez que la veía entusiasmada en ensayar para un evento. Estuvimos esperando al jefe del hogar que es conductor de un programa de radio en el Centro, en una emisora llamada Fantástica, la cual escuché ese día con muy buena programación. Bueno,lo cierto del caso que Pedro llegó con las pilas puestas, y puso a bailar a todo el mundo, incluyéndome, preguntó a los niños que iban a cantar y enseguida Victoria levantó su brazo en señal de participación, anotaron, ique, en un cuaderno y la llamaron porque era la primera participante; como ella ya había ensayado Padre nuestro, pues esa fue la que cantó, es una canción religiosa, suavecita, sin estridencias; como escuché algunos murmullos, me levanté para explicar el asunto de la santidad del acto y por ende de la canción.


Acto seguido, fue llamada a cantar una chiquita de dos años, que lo primero que se le vino a la memoria fue un, creo que reguetton que dice: "ese ..ulito es mío...", del cielo a la tierra, como decía Pedro, con lo cual todo el mundo se rió bastante con la bebecita, sobre todo los jóvenes que estaban en la reunión. Cantó la bautizada Mariángel y otras niñas cuyas canciones no recuerdo; cantó por segunda vez Vicki, por tercera vez, por cuarta vez, y cada vez que cantaba, Pedro le daba caramelos. Nos ofrecieron unas hallacas navideñas, ensalada de gallina, pan tostadito, pasapalos, galletas, caramelos, pasapalos de casabe con atún aliñado y condimentado, refresco, torta, muy bueno todo lo dispensado, lo disfrutamos; los adultos se tomaron sus bebidas espirituosas o espirituales, porque el espacio era de un bautizo, por lo tanto son espirituales. Después de bailar con Vicki, di unos pasos de tambor, pero que va, ya no es lo mismo, los años no pasan en balde.

Después de pasar ese buen rato nos despedimos de todos los presentes y me imagino que ellos y los vecinos continuarían con la celebración del bautizo de Mariángel. No tengo fotos porque no hay celular.

Felicitaciones a Pedro y a Yarima por el espacio ofrecido.