martes, 20 de julio de 2021

LA MENTOLADA

 

Cuando la quinceañera estaba pequeña como de dos o tres años, porque era muy tremenda, decidió untarse de mentol una vez que decidí acostarme un rato, empezó por los pies, las piernas y así continuó con todo el cuerpo, los brazos, la cara, el pelo, los ooojos, las pestañas, la barriga, los glúteos, los dientes, fue tanto que el pote se terminó. 

todo estaba tranquilo, había, paz, silencio, yo estaba ya agarrando el sueñito descansando en mi habitación, cuando la muchacha me llega tiritando de frío como un pollito: pi pi pi pi, abu abu abu; la agarro y la toco que está toda empatucada de mentol, me la llevo inmediatamente al baño y le doy otra refrescada de agua fría, enjabonándola bien, sobre todo el pelo que tenía pedazos de mentol y ella llorando y gritando del frío que tenía; inclusive yo no hallaba ni como lavarle la cara, las pestañas, para que no le cayera jabón dentro del ojo, pero que caray si ya tenía mentol.

 Una vez que la saco del baño, la seco bien y la enrollo en una cobija gruesa, la pongo en su cama amenazándola con que si se levantaba de allí se atuviera a las consecuencias, ¡pero no!, ¡estaba temblando de frío! y se quedó tranquilita. 

Al rato se levantó como si nada hubiera pasado, a continuar con su proceso de experiencias vividas.


lunes, 19 de julio de 2021

LOS 15 DE GABI

 







En resumen unos quince años felices, 
que es lo que se necesita.

Mi niña preciosa
que ángeles custodios 
te guíen por caminos 
de fuerza y voluntad
para emprender combates
que a ti te hagan triunfar.  
Tu abuela que te ama.




domingo, 18 de julio de 2021

QUINCE AÑOS

El día 15 de julio celebramos en la casa, dentro del círculo familiar, los quince años de una de mis nietas, además con criterio de economía, que aunque se estuvo planificando por dos meses, comprando algunas cosas necesarias para que la niña no se sintiera menospreciada, se condujo el trabajo con éxito; ella se encargó de vender tortas para comprar los globos, el número 15 para la pared, las velas; la madre se encargó de la torta, una sopa con casabe, arepitas condimentadas y de chicharrón, una cremita de aguacate, pizza en cuadritos, los refrescos; yo me encargué del sonido con mis amigos cantantes del "Grupo Musical Remembranzas del Ayer" que vinieron a cantarle su cumpleaños, aunque el padre también trajo un equipo de sonido. Bailamos el vals, además también lo bailé con el nieto varón que también cumplió quince años, pero en Caracas. Pasamos un buen rato, jugaron dominó, bailamos, porque yo también eché un pie; los cantantes le dedicaron "15 años" de Reinaldo Armas y "Tu Cumpleaños" de Diomedes Díaz;  tuvimos lo que necesitábamos, sin excesos y nos sentimos muy bien, y la quinceañera se sintió a gusto y sin quejas, que eso era lo importante.







sábado, 17 de julio de 2021

LOS POSTRES

La sopa nunca se acaba

el puré siempre se deja

pero al llegar a los postres

hay que cuidar la bandeja

Nosotros somos amigos

de todo el mundo, verdad chicos?

siempre nos llega el saludo

¡Ya están los postres, que rico!

Gustamos de las diabluras

y al chico que es muy glotón

le hacemos la travesura

de darle una indigestión


Y yo le agregaría a nuestro poeta Germán Berdiales

Cuando viene la Nutella

todos tomamos un pan

lo untamos, nos lo comemos 

como delicia sin par

Y dígame las chupetas 

esas sí las saboreamos

esperando el chiclecito

con esos globitos que explotan

Y cuando tenemos sed

esto lo hacemos con miedo

porque olemos el refresco y

nos tomamos un chinguito

con graves consecuencias 



                                             

miércoles, 14 de julio de 2021

REMANSO-POESÍA

 Buscando  estoy

tesoros de palabras

para expeler el frío

del fondo de mi alma


Orear constante 

la fuente de mis ojos

observar mi entorno

soñar con las alturas

Reparar sutilmente

mi desecho corazón

con cristal intangible

de un mundo superior

Proveerle apoyo

de una vez a mi alma

abrirle senderos 

repletos de esperanza

Obstruir las entradas

de mis manos abiertas

para desviar sus rayos

benignos hacia mí

Sujetar la rienda

de mis apasionamientos

en la lucha intensa

de cada despertar

Retornar mis huellas

hacia su propio centro

donde haya resguardo

de calor nirvana

Y así, en el remanso

de aguas transparentes

tomar, convertir

la nostalgia en gozo

 

martes, 13 de julio de 2021

MÉDICO Y SANTO

Un intelectual venezolano, cuya muerte dejó un gran vacío en la ciencia, en la religiosidad y en las letras, colaborador también de "El Cojo Ilustrado"  en su camino diario al hospital donde trabajaba, pasaba todas las mañanas ante una humilde casita donde solía jugar un grupo de chiquillos, donde correteaban, jugaban con pelotas de papel, papagayos con pabilo, perinolas, aros de metal y otros.  

Un día pasando por ahí, los miró y se detuvo a verlos en sus correrías y echó de menos a uno rubito y alborotador, al siguiente día se detuvo igualmente a contemplarlos, pero tampoco lo descubrió, por lo que le preguntó a los otros:

-¿Dónde está el rubio? 

-¡Ha enfermado señor! 

Le respondieron, dicho esto, entró en la casa y en la última habitación, acostado en un lecho constituído por un montón de guiñapos, vio que yacía el enfermito, por lo que inquirió a la mujer que lo velaba, una humilde trabajadora, que asistía con cariño a su hijo, por lo que le pasaba, le respondió que... un... curandero...., 

Bien!, dijo nuestro hombre: 

Desde hoy le cuido yo

-¿Y quién es usted?, replicó la interpelada, 

-¿Yo? ¡Un médico!, se limitó a contestar.

 Aquel ángel tutelar se llamaba José Gregorio Hernández.

Poco después, el Santo venezolano, visitante, que se complacía en aplicar a las almas, como a los enfermos de su clínica, la terapéutica que en cada caso convenía, volvía cargado de alimentos, golosinas y juguetes.  Al despedirse dejando al niño gozoso y tranquilo, como resucitado con aquella medicación original, sosegó a la madre con estas palabras: 

Su hijo no está enfermo!

Su padecimiento se llama "tristeza de la miseria

Diagnóstico verídico que sólo podía ser formulado por quien además de ser Médico, era un Santo!



domingo, 11 de julio de 2021

LA ASESINA

 

Los 18 de noviembre de cada año, celebramos en Venezuela el día de La Alimentación;   durante toda la semana estamos enseñándole a los niños acerca de una alimentación balanceada, con los tres grupos alimenticios, o preparando  recetas facilitas en la escuela, donde los niños se vestirán de cocineritos y prepararán un alimento junto con el maestro; realizarán entre todos una cartelera alusiva a la fecha y se concluirá con una buena ensalada de frutas o una torta o cualquier otro alimento donde los representantes  pondrán sus mejores ofertas.

Bueno, lo cierto  del caso, es que ese día 18, debía ir a Los Teques a resolver algo de administración, después de atender a los niños en la escuela. Como yo sabía que tenía que cortar muchas frutas, pues me traje de la casa un cuchillo grandote que más parecía un machete, lo metí en una cartera grande, junto con todas las carpetas y papeles que debía entregar. Lo envolví en periódico y lo amarré con pabilo para que no se abriera, debe ser que en ese tiempo yo no conocía el tirro.  

Terminé mis actividades en la escuela, el Grupo Escolar Miranda y salí disparada para El Terminal de Ocumare del Tuy, que me llevaría hasta Charallave y de ahí  a tomar el autobús para la capital del estado; en mi cartera reposaba tranquilamente el.... cuchillo, pero yo no me acordaba. Cuando veo que la supervisora de los autobuses estaba fotografiando a los pasajeros y chequeando las carteras por si teníamos objetos de metal, el corazón me pegó un salto que casi me desmaya, rogando a mis protectores que ocultaran el metal del cuchillo al detector de metales....pasó la muchacha por mi cartera y el aparato no hizo ni pío......pensé: - ¡Ese aparato no sirve!, pero no recordaba la petición que acababa de hacer.

Llegué a Los Teques y esperé un taxi, pidiéndole al chofer que por favor me llevara hasta la Zona Educativa, que quedaba cerca de la Plaza Bolívar, una o dos cuadras más arriba; cuando nos desviamos hacia la  autopista, le dije al chofer: -¿ Señor, Usted se quedaría con algo que tengo aquí, en la cartera, y no puedo seguir con eso aquí?, como yo estaba en la parte de atrás del vehículo, el hombre voltea, con una cara de susto, que los ojos casi se le brotan,  me responde: -¿QUÉ?, yo le expliqué que era maestra y que habíamos celebrado hoy el día de la alimentación y ...bla..bla...bla... saqué el cuchillo de la cartera y se lo enseñé. Que no podía seguir con el cuchillo porque tenía miedo de que de vuelta el detector de metales lo percibiera y me quedara detenida en algún lugar del mundo. Él todavía con los ojos saltones y tragando en seco, sólo asintió con la cabeza; yo sin más puse el cuchillo donde están los controles, en el medio de los dos asientos y me volví a sentar para atrás, recostada; desde ese momento hubo un silencio pesado, hasta que llegamos a mi destino y me supongo que el pobre hombre pudo respirar cuando me bajé del carro, pensando siempre que estaba viajando con una asesina.