jueves, 28 de enero de 2021

EL LATIGAZO

Un día iba en mi carrito a entregar en Los Teques una proposición de becas de la comunidad  Mercedes Rasco, de regreso tuve un accidente de tránsito, y la única persona, aparentemente que quedó completa fuí yo, y la hija mía de cinco años quedó con sendos vidrios uno en cada ojo, los cuales se sacó ella misma: en la actualidad no hay problemas extras en su visión. En ese día sufrí el síndrome del latigazo, que consiste en la flexión y extensión brusca y excesiva del cuello. Recuerdo que llegué al hospital de Coche, conversando sobre lo acontecido con el chofer que nos llevó, porque la ambulancia se había  accidentado; como bien me dijo el chofer:_Señora yo la llevo a Ud., porque Ud. está conversando, Ud., está consciente, está despierta.

Así llegamos al hospital y una enfermera me salió al encuentro, abrazándome me preguntó, qué me había pasado. Entramos, no había cama disponible, me acostaron, no sé dónde, desde allí contemplaba a mi hija y ví que se la llevó una enfermera frente a mí. Le dieron pollo y comió y comió, serían los nervios, estaba muerta de hambre, mientras, yo estaba en mi camilla, me dormía, me despertaba y preguntaba por ella, siempre pensando que me la podían robar; enfermera que pasaba me decía dónde estaba y lo que estaba haciendo: _No te preocupes, que está bien, está comiendo y tiene mucha hambre. _ Ok. Gracias. Yo me puse como el cuento del zancudo que lo encierran en el congelador y repetía: No me voy a congelar, no me voy a congelar, no me voy a congelar; así estaba yo: No me voy a morir, no me voy a morir, no me voy a morir y así era como me mantenía activa y pendiente de mi hija en manos extrañas.

Bueno al cabo de un rato ya estaba acompañada de familiares y amigos, y despierta. Sé que me pusieron una especie de collarín, hecho de  varios metros de gasa  con que me enrollaron  el cuello; pero yo nunca dejaré de ser quien soy, le dije a mi hermano: _Vamos para el baño, quítame esto que me está asfixiando, caminando con mis tacones Luis XV, nos fuimos al baño y empecé a dar vueltas para que él desenrollara mi cuello. (Sé, que fue una ignorancia total, no sabía lo que hacía). Luego de desenrollar aquellos metros de gasa, puse mi puño en el cuello y él empezó a enrollar otra vez; cuando terminó, subí y bajé la cabeza, suspirando dije: _ Así está bien, muy bien, puedo subir y bajar la cabeza.

Acto seguido me sacaron para mi casa. Me fuí con mi ignorancia a cuestas. La cabeza estaba sobre el cuello, como cuando uno le pone la cabeza a un muñeco roto de  cerámica, mal puesta. Así pasé una semana hasta que una prima (Migue) me consiguió una cita con un traumatólogo, y el medico al verme me dijo que me iba a hospitalizar, porque tenía el cuello roto, estaban  comprometidas las vértebras desde la 4 hasta la 7 inclusive, la médula estaba doblada como al doblar un dedo, lo sentí mucho porque nunca he sentido afecto por hospitales,  medicina, médicos, le tengo miedo. Me fuí al hospital Pérez Carreño de Caracas, me acostaron en una cama de hospital y mandé que me subieran el torso, llegó la enfermera y la bajó para ponerme recta, se fue la enfermera y mandé que la subieran para quedar sentada, llegó otra enfermera y la bajó: Una eterna lucha. Llegó el médico y me llevaron a una habitación donde un trepanador de huesos me abrió sendos huecos en cada sien, por donde metieron unos tornillos y empezaron con algún kilo de hierro para que con el peso se fuera estirando el cuello, hasta que el día 25, llevaba la cuenta, día tras día; el cuello me traqueó, me agarré las manos y se lo dije al médico de guardia. Me felicitó  y me dijo que ahora tendría que ponerme una "minerva". Empecé a ubicar en las salas a ver quién tenía puesta una minerva, para conocer qué era eso. Se me presentó un hombre con una minerva y enseguida dije: _ Yo no me voy a poner eso, será para  que me muera con la tensión.

A la mañana siguiente me llevaron a la sala de yeso, le pregunté qué iban a hacer, que yo no me iba a poner una minerva, que debía haber algún aparato que no fuera de la edad media  y que surtiera el mismo efecto, (pero eso era aterrorizada, imagínense como gritaría), me llevaron otra vez a mi sala, me dieron un récipe para comprar un tal Corset de Taylor, que no se consiguió y Jazmín me compró otro, que me sostenía la quijada y la cabeza atrás, llegaba hasta la cintura, para usarlo durante seis meses, después usaría por tres meses más un collarín. Al día siguiente de usar el corset, me levanté bien temprano, me puse a caminar por los pasillos agarrándome de las paredes, me devolvía, llegaba hasta la habitación y continuaba mi paseo por otro lado, hasta las 8 am que hacía revisión el médico encargado, yo estaba recién acostada, el médico llegó con dos enfermeras y me dijo: _ Hoy te vamos a levantar de la cama; agárrenla, que no se caiga, puede tener debilidad en las piernas, o sentir mareo, cualquier cosa que sientas me lo dices para suspender de ipsofacto la levantada. 

Primero me sentaron: _¿Cómo te sientes? -Bien; ahora lentamente te vas a ir levantando: ¿Cómo te sientes? -Bien. Baja el escalón: ¿Cómo estás? _Bien 

Te puedes quedar sentada en la cama agarrándote de los barrotes, eso hice y mañana te llevaremos a caminar ?? Nunca se enteraron estos seres humanitarios lo que yo había hecho....

Cuando salí de ese tratamiento de belleza, quedé derechita, parecía una miss, recibía muchos piropos por eso y por lo tanto explicaba cómo había sido el tratamiento. Desde aqui, en mi escritorio, escribiendo, debo seguir agradeciendo y enviando bendiciones, muchas bendiciones a todos los que colaboraron para que yo haya llegado a esta edad en estas buenas condiciones, desde familiares, enfermeras, médicos, mi comadre que en paz descanse. . Mi cervical nunca ha molestado, la cuido mucho; si sé que tengo un trabajo donde voy a mantener agachada la cabeza me pongo el collarín, duermo boca arriba y en una silla me siento recta.

 


miércoles, 27 de enero de 2021

EN LA GUAIRA

 En una oportunidad me fuí a La Guaira, con mi hija Mai, nos fuimos en mi carrito, era creo que la primera vez que me iba a quedar a dormir allá; ella estaba pequeña, pero no recuerdo bien los detalles. La población de entrada a Venezuela,es La Guaira, allí está el aeropuerto Internacional Simón Bolívar, allí está el Puerto de La Guaira y es la entrada del comercio mundial, hasta que cierto presidente de una potencia, nos congeló toda entrada de productos para nuestra subsistencia. También podemos encontrar numerosas playas, que son la delicia de chicos y grandes, numerosos hoteles y toda clase de diversiones; hoy La Guaira está realmente remodelada, y hasta el nombre se le ha cambiado, ahora se llama Estado Vargas en honor al Doctor José María Vargas, un ilustre venezolano.
Continuando con la historia de mi mundo que traigo a colación, esa noche nos quedamos en una misma cama las dos,  cada quien arropada con una sábana diferente. A media noche nos despertamos al mismo tiempo, yo sentí que me habían levantado la sábana y me había dado frío, mucho frío, pero analizando lo que pasó, fue que sentí un escalofrío muy intenso, de la cabeza a los pies, un escalofrío pesado; mi hija al mismo tiempo me dice: _¡Mamá abrázame que tengo miedo!. _¡Si!, yo también tengo miedo. Y nos quedamos abrazadas las dos hasta que nos quedamos dormidas y llegó la claridad del día.

Al día siguiente, me levanté bien temprano, y mi criaturita se había quedado durmiendo por el trasnocho, me encuentro a mi prima Rosa en la cocina y le comento lo que nos sucedió en la noche y ella me contó lo siguiente: _"Yo me levanté al baño y pasando por aquí, por la cocina, observo a un hombre de sombrero y abrigo negro, largo, parado en la ventana mirando para el cuarto, específicamente mirando  la cama de ustedes dos.....que me asustó muchísimo, porque es la primera vez que lo veo en mi casa"


Hoy, 27 de enero de 2021, cuando la situación con la pandemia está en condiciones críticas en el mundo, no hemos ido más a la playa, no tenemos contacto con nuestros familiares; en Venezuela, en Ocumare donde yo vivo, estamos cubiertos, resguardados, en mi comunidad han salido muy pocos infestados, aunque siempre existe personas que sino hubiera sido porque tienen comunicación con el exterior, seguirían negando la existencia del virus y su reproducción o nuevas cepas. Hasta los momentos estamos benditos.
Cuídense, 
     Usen el tapaboca, 
           Tengan cuidado con el aerosol.

              Los mayores, no acepten                             cualquier vacuna

martes, 26 de enero de 2021

DINÁMICAS DE TEATRO


 Cuando estuve en la Casa de la Cultura o Ateneo José Félix Ribas, participé en algunas actividades que contribuyeron con mi formación: Taller de Dirección Teatral, Taller de Cuentacuentos con el profesor Jesús Belisario en el 1996, participación en diversas actividades teatrales y dinámicas que contribuyó todo el compendio a darme gusto cada vez que hacíamos teatro al público.

De las dinámicas del 11-02-99 extraigo los siguiente:

- Tocarse el diafragma

Respiración: 

- Respirar contando hasta 5

- Retener contando hasta 5

- Expulsar contando hasta 5

- Descansar

- Después contar hasta 10

- Luego hasta 15, 20, 25

- Con esto se va aumentando el volumen de los pulmones.

MEMORIA

 - Decir cada persona un número y un animal

- Repetir todo todos, uno por uno

- Ejemplo:

1 caballo  8 jirafa   3 loro  6 león  5 escorpión

☺                ☺             ☺        ☺           

 1                   2               3         4            5

- Cambiar de sitio y decir el número-producto de la persona del sitio anterior  y repetir todos los números-productos de los demás.

- Hacer un círculo, de espaldas y decir el número-producto de los demás, en orden

PRONUNCIACIÓN

- Decir los números del 1 al 10, pronunciando correctamente

ENTONACIÓN

- Contar un chisme con el número 5

- Recibirlo y contárselo a otro, con mucha mímica y fuerza de voz

- Contar un chisme con un número y  un producto

- Recibirlo y entregar a otro con otro número y otro producto

8 pan ☺......8pan...3cotufa ☺..... 3cotufa...5arepa


LECTURA DRAMATIZADA

-Leer en voz alta, con buen timbre, dicción y entonación

- Responder al momento leído, con emoción y sentimiento

- Atender a los signos de puntuación: punto, coma, admiración, interrogación, paréntesis....

- Elaborar un cuento, de dos cuartillas

- Usar pintadedos 

Después de terminar el taller elaboramos el cuento, fuimos a una escuela y divertimos a los niños con las contadoras de cuentos.


En fin todo muy bueno, Después trabajamos en pequeñas obras o resúmenes de obras teatrales, donde teníamos que escoger a nuestros actores, ensayarlos y presentarlos, yo escogí a tres personas y once directores me escogieron a mí, eso fue chistoso, primero para aprenderme once parlamentos para el mismo dia y luego once vestuarios, que me los puse uno arriba de otro en orden de aparición. Muy bueno, nos divertimos mucho, sobre todo cuando vestida de bruja me puse los guantes al revés y las uñas me quedaron en la yema de los dedos. juas juas juas


Para concluir el año participamos en el I Festival de Monólogos de los Valles del Tuy, y para asistir la Jefa de Distrito me dio el permiso, desde el lunes 21 de octubre hasta el domingo 3 de noviembre de 1996, dos días antes de mi cumpleaños, ahí participé con el monólogo "A mi manera", el miércoles 30 de octubre, a las 7:30 pm, con el grupo teatral "Des Del Tuy", escritoras Soledad Castro, Josefina Barreto, director: Alexander Vilanova, pero no pudo asistir y quedó de representante Luis Graterol, por el municipio Tomás Lander; para este evento teatral participaron 18 agrupaciones teatrales de tres municipios; Urdaneta, Independencia y Lander con 18 actores. Soledad y yo obtuvimos una placa como "mejor texto inédito", y por la representación la gente me felicitaba por ser la ganadora, pero hubo diplomas fue de participación. Bonitos momentos de disfrute, del que tenemos que despedirnos, porque son tiempos que no volverán, Por esto y por muchas cosas más; "confieso que he vivido": Pablo Neruda



lunes, 25 de enero de 2021

MADRE NUEVA

 



Yo trabajaba en una población en plena carretera nacional de Barlovento; enfrente de esa población, cruzando la carretera, había otra que se llamaba comunidad de "Madre Nueva", gente trabajadora del cacao, banano, agricultura, etc la que nunca visité.

Mientras vivía en Caracas, introduje mis documentos en el Instituto Nacional de la Vivienda, buscando una casa en Ocumare, ya que no quería seguir con esa viajadera cada quince días para ir a cobrar: cuyo periplo esa así: Caracas, Ocumare, Barlovento. Debía llevar las planillas elaboradas al banco, devolverme a Barlovento, entregar el sueldo (creo que 200,00Bs, no recuerdo), obtener la firma, devolverme a Ocumare, siempre llegando a Caracas, las dos veces; hasta que se me prendió el bombillo y decidí hacer la firma de la colega acompañante para entregar la documentación o recibo del sueldo. Con esto me ahorraba dos viajes: Desde Barlovento iba a Ocumare, recibía el dinero, firmaba, entregaba los documentos y me devolvía a Barlovento, listo, libre, nunca se presentó ningún problema, ninguna pérdida de dinero, ni un reclamo, todo bien. 

A los quince días de haber hecho la petición de vivienda, ya me habían asignado una vivienda en Ocumare, una urbanización recién inaugurada denominada Cristóbal Rojas, o Pájaro Negro,o Parosca, o San Diego de Alcalá, por cualquier nombre de estos se podía ubicar.


Entre cuentos de vecinos escuché que aquí en Ocumare había una comunidad que se llamaba también "Madre Nueva", que quedaba por la vuelta del Calvario, nombre igual a la de Barlovento, pero con malicia.

Una de esas veces, llegando al terminal del "Nuevo Circo de Caracas", un muchacho se me acerca y me ofrece un reloj, muy bonito, por buen precio y le dije que se lo compraría, que iba a Ocumare a cobrar y que de regreso lo haría. El muchacho me dijo que si quería comprar el reloj, que podía comprarlo en Ocumare en un lugar llamado "Madre Nueva", le dije Ok. No se me olvidó el nombre porque ya lo había escuchado. Los "Por puesto" de Ocumare nos llevaban hasta el lugar a donde íbamos y cobraban cinco bolívares desde Caracas; en ese carro le pregunté al chofer que dónde quedaba "Madre Nueva"; él, sin ningún tipo de discreción, se volteó para verme la cara y los pies; con mi cara de extrañeza le volví a preguntar y me respondió con la cabeza un no.. no.. no. Ya, no pregunté más, porque veía que no quería contestar, ignorando yo el motivo, pero no pensé nada malo.

La siguiente vez que fuí a cobrar mi sueldo, le volví a preguntar, con mi voz meliflua de muchachita, pero a otro chofer:_ Señor, dónde queda "Madre Nueva"?, el hombre me miró por el espejo, volteó a esculcarme, me volvió a mirar por el espejo y me respondió: Señorita, cuando uno tiene un pasajero que va para "Madre Nueva", lo lleva de último. _Por qué?, es un lugar de contrabando? me contestaba yo misma, _No, es un lugar  de prostitución y contrabando. ¡Ay! Señor, lo que yo iba a comprar en "Madre Nueva", era un relej que un muchacho me ofreció en el "Nuevo Circo", y esa fue la dirección que me dio.

Después de ésto, avergonzada, más nunca se me ocurrió seguir preguntando por "Madre Nueva", pero me reí mucho contando esa historia y todos riéndose también de mis costillas.

Claro, esta belleza, delgada, de pelo largo, negro casi a la cintura, sin una arruga, el chofer tenía que observarme......¡¡¡¡¡¡



domingo, 24 de enero de 2021

HUYENDO DE TRÁNSITO


 Me había comprado un volswagen usado que me lo había vendido un representante del Grupo Escolar Miranda, quizás oyó que me quería comprar un carro o la niña se lo comentó al papá, recuerdo que la niña se llamaba Bárbara, pero no sabía manejar, y él me trajo el vehículo, y enfrente de la casa, en el estacionamiento donde hoy funciona el bachillerato de la Escuela Rosa Peña, en una tarde me indicó lo que tenía que hacer para controlar las velocidades: 1. 2.3.4.R, pasaba  por el frente de él y repetía lo mismo: 1,2,3,4,R, así estuvimos toda la tarde, hasta que oscureció: 1,2,3,4,R, lo que me pareció extraño fue que no se montó ni por un momento conmigo para indicarme la lección sentado al lado mío, bueno, tendría sus razones de supervivencia.


Después de esta tarde me dejó sola con mi volsky; empecé a salir a las diez de la noche con mi hermano, a dar vueltas por todo Ocumare para afianzar mi aprendizaje. Hasta que se me ocurrió la grandiosa idea de irme a la escuela con el carrito. Así que un buen día prendí el carro y empecé a tomar una vía alterna, llamada Vía de los fiats, porque los camiones que venían cargados de cuarzo de la cueva de El Peñón, para hacer cemento, eran obligados a tomar esa vía y no la del centro, que les estaba prohibida; esta es una de las riquezas de la envidiada Venezuela: "cemento de cuarzo"; creo que no pasó una semana cuando ya me sentía vigilada por una patrulla de Tránsito, que se estacionaba en la escuela Obdulio Álvarez y controlaba mi paso por ahí.


Hasta que un día, la patrulla me siguió hasta mi casa, en cuanto me bajé del carro, me llamó el fiscal de tránsito y me habló en estos términos: Hola, Josefina, dime si tienes tu licencia de conducir?_ No, no tengo dónde sacarla. _Bueno, el lugar más cerca es Altagracia de Orituco, voy a hablar con alguien que va todos los días para allá, para que te lleve y presentes el examen ahí, está bien? ¡Si! Gracias.

La persona que me llevó era un representante de mi grupo de alumnos del Grupo Escolar Miranda, y se lo agradezco ahorita sinceramente, en cualquier parte del universo donde se encuentre; así que me entregaron mi licencia expedida desde Altagracia de Orituco, y gracias a todos los involucrados en esta bendición.    

Ya desde este momento era capaz de salir fuera de Ocumare con mi carrito, que era una bendición, como todas las cosas que se han acercado a mi existencia, buenas y malas, tristes y alegres, 


sábado, 23 de enero de 2021

MI PRIMERA NOCHE EN....


Llegué a las oficinas del Ministerio de Educación en Los Teques, con mi título de Maestra, mis notas de los cuatro años de estudiante,  mis nervios por miedo a lo desconocido,  ya que mi tío me había enseñado el periódico "Ultimas Noticias"donde decía que había 15.000 maestros sin empleo. Como siempre acostumbro, cuando quiero lograr algo, guardo silencio, no opino; cuando llegué al pasillo de entrada de la Supervisión, observé a lo lejos que había un grupo de personas, que luego me dijeron, eran los supervisores de Educación, del Estado Miranda, porque se había levantado una huelga de maestros, (no sabía por qué motivos) era el año 1969, uno de los profesores se levanta de la reunión y muy amablemente me interroga. Yo le respondí, que lo único que  quería era trabajar, le enseñé mi boleta, y que no importaba el sitio, recuerdo a ese ser humano, ya que se portó muy bien conmigo, el profesor  José Antonio Camacho, me dijo que necesitaba una persona en Los Galpones, y quedé como Maestra Coordinadora, me correspondía buscar el sueldo de la otra docente en Ocumare del Tuy, firmar la documentación y entregarla al Banco y al ente de Educación correspondiente. Me dijo igualmente que el Instituto Agrario Nacional me daría una casa rural para mi estadía en Barlovento, cerca de la escuela. Llegué a mi casa a dar la noticia, de que ya tenía un cargo de maestra nacional, sino que también tendría vivienda para estar el tiempo que me correspondía y pagar mi  noviciado en rural, a lo sumo dos años. y que debía iniciarme el 03 de noviembre.


Mientras se adecuaba la vivienda, y yo compraba lo que necesitaría para vivir esos dos años, mis amistades de Caracas me consiguieron una ubicación cerca, mi amiga Sira, a quien se lo agradezco y  con quien compartí mis primeros días en Barlovento. Esa noche el tiempo estaba lluvioso, y yo nunca había estado fuera del abrazo de mi mamá. En Barlovento, cuando truena se siente que el ruido se va extendiendo por toda aquella llanura y se siente horrible, bueno eso era lo que yo sufría en ese momento; truenos, relámpagos, aguacero total, truenos, oscuridad, y más truenos que parecía una cancha de bolas criollas, rodando por una calle y golpeándose una con otras, o una cantidad de barriles chocando contra otra envergadura con temor de que me cayeran encima. ¡Relámpagos Pum!  ¡relámpagos pum! ¡relámpagos pum! ¡relámpagos pum! ¡pum! ¡pum!. 


Me removía en mi cuarto de un lado a otro, me tapaba la cara para no ver el brillo de las luces, los oídos para no escuchar el sonido de los golpes en el techo, me levanté sigilosamente con el colchón terciado debajo del brazo y toqué a Sira con las manos: -¡Por  favor déjame quedarme aquí, que tengo mucho miedo! Y Sira, una mujer mayor que yo, me contestó: ¿Miedo? ¡No juegue chica!. No me importó, puse el colchón en el suelo al lado de su cama y me acosté, mejor dicho, me acurruqué, luchando desesperadamente con mis miedos infantiles, volteada hacia Sira, que... ya.... empezaba a roncar... 



viernes, 22 de enero de 2021

DESPEDIDA


 
Como "recordar es vivir", viene a mi memoria un bonito momento a finales del 2014, en la Unidad Educativa Estadal José Félix Ribas, cuando la Comisión de Cultura preparó junto con algunas de mis compañeras de trabajo, una despedida por mis veinte años de labor en esta escuela donde ejercí como maestra de aula, asímismo como Maestra de Educación para el Trabajo y para cerrar mis años de servicio, como Bibliotecaria,  encargada a su vez del Programa Nacional con las computadoras Canaima, en la Sede antigua y la recién inaugurada, ya que los maestros me rechazaron como Subdirectora, cargo para el cual me había propuesto una persona que estaba encargada de la Subregión Educativa Valles del Tuy (Se agradece, de todas maneras por la deferencia hacia mi, y porque me conoce y sabe que mi único fin y objetivo en una escuela es trabajar con Pedagogía y que siempre he sido una persona creativa que no me rindo ante las dificultades).

En fin, mis compañeras prepararon la despedida en una urbanización cerca de la autopista Charallave Caracas, en la casa materna de una de las jóvenes maestras, una vivienda bellísima, de dos o tres plantas, con jardín espacioso, piscina y baños, cocina aparte en el exterior, muy cómoda.

Llegamos a esa vivienda antes del mediodía, disfrutamos, bailamos, comimos y para salir la señora de la casa nos conmina a brindar con el mejor de sus licores, que cómo iba a ser posible que no fuéramos a brindar en una despedida de jubilación? y... nos entregó una botella, mejor dicho: ¡destapó una botella!. Yo no tomo, ¡pero nada!, y estaba con el vasito en la mano, disimulando hasta el momento en que pudiera dejarlo, sin ofender, y hasta que se me presentara la oportunidad.

Mientras, nos tomábamos fotos, nos reíamos y nos divertíamos por andar paseando un "pobre" vasito de vidrio con un contenido "rico", y que yo necesitaba mirar a quién encargárselo. ¡Me moría de la pena! Desde aquí mi estimada señora, muy agradecida por prestarnos su bella casa para disfrute de nosotras en mi despedida de Educación. Y a mis compañeras, Eulogia, Liz, Liliana, Libia, quienes fuimos las últimas que salimos y nos fotografiamos  para cerrar con broche de oro (con el pecado en las manos).