sábado, 10 de abril de 2021

SINCRONIZADA? PUES NO, FALLIDA

 


Mientras trabajaba en Bibliotecas de Aula, los integrantes teníamos reuniones fuera de nuestro sitio de trabajo, por lo general era en cualquier punto del estado  Miranda, podía ser en Guarenas, Guatire, en el Este de Caracas, hacia  San Antonio o San Pedro de Los Altos, Los Teques, Barlovento, cualquier lugar de los Valles del Tuy, en fin era muy variado, para conocer las escuelas al igual que las bibliotecas y el trabajo de maestros y alumnos; en esa oportunidad escribí en mi "agenda control" una fecha en la que tendríamos una reunión en el comando militar ubicado en El Valle Coche, ya que una de las profesoras era esposa de un militar y nos consiguió el espacio para hacer una reunión allí, sin interrupciones, ni nada que nos molestara. ese día mi "agenda control" me dijo que tenía reunión allí, que debía llegar a las ocho de la mañana y por supuesto me levanté como siempre a las cinco am, tomé todo lo que debía llevar, hasta cambié de cartera y salí.

Hice mi cola para los autobuses de Caracas en el Terminal de Ocumare, me monté en mi autobús, el colector inició su cobro de pasaje por la bajada de Tazón, ya llegando a Caracas, cuando lo veo empiezo a buscar el dinero, busco, busco y busco y no encuentro ¡nada!, ¡no tenía dinero!, casi tapándome la cara de la vergüenza, no sabía qué hacer, cuando el muchacho se para en mi puesto a cobrar, el joven que está a mi lado, que seguramente, me había observado en toda mi tragedia, paga su pasaje y grande es mi sorpresa  cuando saca otro poco de billetes y dice: _¡éste es el de la señora!, ¡cóbrate los dos!, avergonzada y sorprendida se lo agradezco realmente con sinceridad y le dije que al día siguiente le pagaría esa atención que había tenido para conmigo.  (Yo para agradecer me pongo muda, corta de palabras, y se me olvida el diccionario). 

Tomé el Metro para llegar más cerca pero erré la salida y quedé más lejos del lugar de entrada, al solicitar el permiso me identifiqué y dije que tenía una reunión de Bibliotecas de Aula, el militar que me atendió en la portería, me dijo que no había pautada ninguna reunión como esa, pero que iba a solicitar información, que me sentara por ahí y esperara, saqué un pañito que tenía en la cartera lo coloqué en una pared corta al lado de la portería y pensé: "no lo vayas a dejar". El muchacho preguntó, solicitó y en absoluto nadie le daba información de la reunión; entonces decidí abrir mi  "agenda control" y pude leer: "La reunión ha sido suspendida hasta nuevo aviso": ¡PLOP!, 

Es decir, que además de que no era el día de la reunión, no llevé dinero, no entré al comando, dije que no iba dejar el  pañito y lo dejé, no tenía cómo devolverme; viendo todas las fallas de sincronización del día, podía empezar a dar gracias, porque tenía celular con saldo, llamé a mi hija a Ocumare y le conté lo acontecida  que estaba, me contestó inmediatamente, que me iba a mandar a una vecina que se encontraba por esos lados para que me diera el  dinero que necesitaba, después de mucho esperar apareció Yurima, me auxilió con lo que necesitaba, salí, ví que una persona de mal aspecto como que me quería alcanzar y crucé la calle rápidamente haciendo que el vehículo que venía se detuviese para yo pasar, volteé a mirar al hombre y él también me estaba mirando a mi, como pensando: "te me escapaste".


Sanando mi mente con la calma y la paz que necesitaba, pude  retomar el camino hasta mi casa "hogar, dulce hogar" sin más percances de trabajo. 
Qué significó esta situación?, pues que ese día no estaba sincronizada con la actividad a realizar, porque no había leído completo el texto escrito por mí: La reunión, la fecha, la hora y por último la suspensión.
Gracias a ese joven que me auxilió ese día en el autobús, no sé quién era, él sólo pagó como un acto de caridad, porque ni me dijo su nombre, ni se presentó, ni se sonrió, sería un ángel de la guardia o algún protector mío del mas allá, porque del más acá no lo era y lo fue ese día. 
¡Gracias Yurima!, ¡Gracias! por haber estado en la comunidad de Coche, por haber tenido el dinero en tus manos, por haber atendido la llamada y por haberme auxiliado. No fue coincidencia fue sincronización.
Y por supuesto, gracias a mi hija que me sacó del problema, como siempre.

 

jueves, 8 de abril de 2021

MI VISIÓN: LA MATÓ

 En una oportunidad me provocó aprender a leer las cartas, lo primero que hice fue comprar una cajita con las cuarenta cartas, el libro de las explicaciones y empezar a practicar y aprender las diferentes combinaciones; ese tipo de conocimientos había que tenerlo a escondidas porque no era bien visto por la comunidad sobre las personas que se dedicaran a ésto, aunque aseguro que todo el que podía mandarse a echar las cartas lo hacía, o fumarse un tabaco o que le leyeran cualquier cosa por la necesidad de conocer su presente o su futuro; era muy raro conocer a las personas escépticas, porque cuando tú vienes a ver te cuentan un episodio de esta índole a la que han asistido, y te das cuenta que todo ese escepticismo era mentira, era pantalla, porque creen más que tú y han sido engañadas muchas veces ya que se dejan inculcar pensamientos o ideas que no son verdaderas o se dejan manipular constantemente, y no solamente eso de la manipulación, sino el gasto de dinero el que tienen que desembolsar por estar creyendo en todo ese abanico de ideas. Como me fuí para otro lado, retomo... bueno, empecé a estudiar cómo echar las cartas, yo en secreto, en mi casa, en la mesa de mi comedor, a puerta cerrada, hasta que un día, mi hija me dice: _¡Mamá, Alana me pide que por favor le eches las cartas!. ?????? ¿Cómo sabe Alana que yo estoy en ese aprendizaje?, por supuesto hubo comentarios al respecto. Me negué, pero accedí cuando escuché los ¡Por favor!, ¡Por favor!, ¡Por favor! _¡Es que no sé qué tengo!, _¡Me siento mal!, _Mi mamá me mandó a hacer un mandado (era 8 de la mañana) y no tengo ganas de ir. 

Cuando escucho las palabras "me siento mal", creí que era sobre algún noviecito y por él se sentía mal. Total que me dispuse, busqué mis cartas, preparé la mesa y empezó la lectura, ella al ladito mío en zozobra, me imaginaba su corazoncito todo alborotado, porque sería la primera vez que a ella, alguien muy cercano, su maestra de primer grado, iba a realizarle un acto de adivinación. En la combinación que le apareció estaba el caballo de basto rodeado de todas las espadas, la que especialmente veía era el cuatro y el cinco de espadas que significa problemas graves, faltan dos espadas que no recuerdo cuáles eran. Mis palabras fueron: _Alana, te vas ahorita para tu casa, te encierras, no hables, no discutas con nadie, no le vayas a responder a tu mamá, si es posible te acuestas y dejas que pase el día, porque aquí tienes un problema muy grande, no te lo vayas a buscar en  la calle. 

Ella asintió con su cabecita, tranquila, pero yo ignoraba cómo estaba su corazón, sería ya como cuatro de la tarde, 21 de diciembre; en su casa estaban esperando el espíritu de la Navidad, su madre estaba arreglando todo para que este espíritu llegara y encontrara el hogar perfecto, como sólo ella sabía hacerlo. 

No puedo relatar esto, sin que duela; la niña se fue a su casa, yo me quedé con la preocupación de que no cumpliera el consejo que le dí, dejé mi puerta de la calle abierta y pude observar cuando un grupo de jóvenes de ambos sexos se detuvieron y llamaron a mi hija: ¡Mai!, vente vamos hasta Corocito a buscar al novio de X, vamos y venimos, ella respondió: _¡NO!, se lo pidieron de nuevo y la respuesta fue la misma, un rotundo ¡NO!; estaban todos, entre ellos Alana, esperando el espíritu de la Navidad, con ropa nueva, algunos con zapatos nuevos, chicos alegres, confiados en la vida, esperanzas a flor de piel, empezando a vivir, que pensaban disfrutar de ese día al máximo, tomarse la copa de la felicidad hasta su última gota. No había el reloj marcado los cinco minutos, cuando veo a mi amiga, su madre, pasar descalza, corriendo por la calle, iba al encuentro de su crucifixión, la niña tirada en el piso, herida en el cuello por la bala de un chico habitante de esa calle que disparó, después de quitarle un par de zapatos a uno de los muchachos y ordenó: _¡Ahora corran!, escondido debajo del puente, drogado, sin conciencia, abrazado por las fuerzas oscuras del averno, disparó al aire, qué hizo que su bala no llegara a las nubes? sino que se doblara para buscar el alma más pura de ese  grupo, como ofrenda al Espíritu de la Navidad. 

¡No lo sabemos!, ¡Lo ignoramos!

Fue llevada a Caracas, sólo permaneció siete días en este mundo y falleció a fin de año, fueron las fiestas con sabor de amargura, de lágrimas salobres rodando por nuestras mejillas, de todos, chicos, grandes y ancianos, todos en un sólo corazón, con un único dolor: Alana, con tan sólo 16 años, excelente alumna, se fue con su alegría, con su risa, con sus chistes, con todo lo que representaba su fisonomía para todos nosotros. A mí, me faltó valor para ir a verla, ni siquiera a veces podía rezar en los novenarios, o me quedaba afuera para irme inmediatamente  a mi casa a secarme las lágrimas.

El dolor era tal que la madre puso su foto en la sala, con flores frescas y no quería dejar de hacerlo, hasta que soñé con la niña que me dijo que estaba presa en el techo de la casa, que allí estaba en una silla de extensión, con una mesita, que no se podía mover de ahí, que no la dejaban salir; este tipo de cosas sucede cuando queremos atrapar esas almas en nuestra existencia, sólo mirando nuestro dolor y no queriendo aceptar que ellos tienen otra vida que experimentar y cumplir, en donde sea y como sea.

Desde ese momento que supe del impacto de conocer la vida de otros, boté las cartas, porque si no puedo entender y acertar para salvar no debo conocer, y como dicen en mi pueblo: "Uno no puede meterse a brujo sin conocer la yerba"

miércoles, 7 de abril de 2021

¡QUE DESPRECIO! Y AHORA QUÉ?


  En mis tiempos de actividad como directora de una escuela de primaria, me tocaba entregar unos documentos en la casa de uno de la directiva, quien se encargó de recibirlos; salí de mi casa con todos los documentos  y me fui hasta allá, agarré mi volkswagen, y me fui por la carretera de Santa Bárbara,  que era a donde debía llegar, lo estacioné, me bajé y toqué; el caballero en cuestión estaba en su patio comiendo un sabroso plato de caraotas, yo le ví su almuerzo sin ningún tipo de  aprehensión, pero él si se sintió cohibido por la pobreza de su comida; seguimos hablando mientras terminaba su plato, sobre diferentes tópicos atinentes a la documentación entregada, ya terminadas todas las recomendaciones de parte y parte, me levanto, me despido y le echo una última mirada a su mesa, cuyo plato había quedado completamente vacío, me imagino por lo sabrosas que estaban aquellas caraotas, bien condimentadas con un buen surtido de aliños, ajo, cebolla, ají dulce, comino, cebollín, chicharrón, yerba buena, cilantro, perejil, acompañado con bollitos de harina pan, plátano maduro, queso rallado y mantequilla:

Toda una exquisités era lo que se estaba comiendo, lástima que no me invitó también a almorzar, pero yo lo había hecho ya en mi casa antes de salir; cuando él me observa la mirada, quizás me delató las ganas de probar aquella delicia, se levanta, sobándose la barriga, se despide, y con pena porque yo no lo encontré comiendo faisán, me dice: _¡Josefina no le vayas a decir a nadie que me viste comiendo caraotas!, 



Reflexionando acerca de lo que nos sucede hoy día, que las caraotas se han convertido en un plato de lujo, y además ansiadas  porque muchas veces no podemos obtenerlas y para adquirirlas debemos gastarle una buena cantidad de dinero que no tenemos y debemos conformarnos con las bolsas de granos que trae la caja de los alimentos.

Mientras escribo esto, estoy degustando un sabroso plato de caraotas con casabe, otro casabe con chocolate hecho en casa  y dulce de lechosa de mis matas, que también preparé hoy y una buena  taza de café  negro. ¡salud!.

La necesidad nos ha hecho buscar otros medios para quitarnos el estrés por gustos, gracias a los que nos deben ésto, ya que el que la hace la paga y donde compran también venden, no es una amenaza es justicia, es equilibrio, es la balanza.



martes, 6 de abril de 2021

Y AHORA ¿CÓMO HACEMOS? NO SÉ

Dispusimos irnos a la playa, tres adultos con cuatro niños, tres niñas y un varón, planificamos lo que llevaríamos, entre dinero, trajes de baño, toallas, cremas antiquemaduras, agua congelada, sandwiches, refrescos, hielera....., nos levantamos bien temprano, nos arreglamos, llamamos un taxi y nos fuimos hasta el terminal de Ocumare. LLegamos a Charallave, luego terminal de La Hoyada, donde tomaríamos el autobús para La Guaira; vamos llegando a cualquier punto de La Guaira aproximadamente ocho o nueve de la mañana, para disfrutar todo el día. 

Llegamos a la playa, ubicamos el balneario para cambiarnos, dejar las pertenencias y llevar sólo lo indispensable; ese día era de ir y venir ya que no pensábamos quedarnos en ningún hotel, como acostumbramos siempre, llegamos al local nos dieron el locker, cancelamos y nos dieron el recibo por seis personas, yo lo guardé en mis papeles y salimos, sería como nueve de la mañana hasta las cuatro de la tarde. suficiente baño para todos. 

Alquilamos dos sillas con su respectivo toldo, pasamos el día, desayunamos, almorzamos y los niños merendaron con helados, y todo lo que venden en la playa para ellos. Llegó la hora de la salida y nos dirigimos a las oficinas del balneario, cuando llegamos empecé a buscar el recibo para presentarlo a la portera, no lo encontré, había que presentarlo porque si no, no nos dejaban entrar o en su defecto había que hacer un nuevo importe. Busqué y rebusqué y nada que aparecía el confiscado recibo; me senté a pensar qué hacer, cómo solucionar esta situación, por lo que le dije a los niños que buscáramos en el suelo entre la arena a ver si encontrábamos un recibo para seis personas, buscamos, encontramos otros con menos precios hasta que al fin había uno que justamente era el adecuado a nosotros, un recibo con la cantidad a pagar estipulada para seis personas, que era el uso de la regadera, de los vestidores, el locker y.... ¡todo perfecto!, no había pasado nada, sólo fue un susto para recordarme que debo dar gracias por todo lo que se me da o se me quita en esta existencia, ya que "todo lo que nos pasa es perfecto para corregirnos" aunque unas veces nos cause gracia y otras nos cause dolor.



lunes, 5 de abril de 2021

¡HORROR! ¿TÚ LA CORREGISTE?

 Ese día mi mamá había salido, al hospital como siempre, cuando se fue me dijo que cuando llegara le enseñara la tarea que iba a hacer en la escuela; me fuí para la escuela, trabajé como nunca en el salón, no molesté a nadie, obedecí a la monjita que me atendía, y me vine para mi casa; la esperé impaciente porque estaba satisfecha con mi tarea, luego que llegó, me pidió el cuaderno para revisarla, le entregué fue el cuaderno de matemáticas porque me sentía muy  orgullosa de haber atinado las seis u ocho cuentas de sumar que me había puesto la maestra, en ese momento estaba yo  en segundo grado de la Escuela Cristo Rey, ubicada en la Cañada de la Iglesia que queda en los Flores de Catia; la maestra realizó las cuentas en la pizarra y creo que desde siempre las maestras usan esa técnica para no estar ellas corrigiendo cuadernos; hicimos las cuentas, las resolvimos y  las corregimos en la pizarra, cada vez que atinaba una cuenta yo le ponía una B mayúscula grandotota, para emular la felicidad que sentía por lo bien que me había salido  la cuenta; 

Cuando mi mamá vio el cuaderno con las cuentas corregidas por mi, me preguntó que qué  era eso, que por qué estaba mi letra en las cuentas y con una b tan grande, yo le expliqué cómo era la técnica usada por la maestra, que ella las resolvía y si teníamos bien la cuenta, teníamos el permiso para evaluarla, a mi mamá le pareció horrible eso y me dijo ¡Mentirosa!, después de múltiples explicaciones aún así no me creyó y me sentí tan avergonzada y humillada con esa situación, que  me juré ese día que nunca nunca diría una mentira. 

Esa palabra se me clavó en el corazón y fue muy difícil arrancármela.

Con esto podemos darnos cuenta, que los niños son como un cristal que cualquier soplo los empaña.


domingo, 4 de abril de 2021

LA MUERTE Y EL PELÓN


 
La muerte y el pelón, chiste de cuando tenía 5 o 6 años, que leí en la portada del periódico Ultimas Noticias, y que hoy hago una recreación con su recuerdo. En ese momento no lo entendí, pero lo guardé  en el cofre de mis recuerdos, para hacer esto hoy con él.

"Resulta que un hombre barbudo, pelo largo, sucio, sin bañarse, con las uñas largas y entierradas, bueno, el propio mendigo, solo, sin nadie que lo acompañara ni en lágrimas, ni en tristezas, en una vivienda detestable, sábanas llenas de grasa, cortinas raídas y rodando por el piso, sillas partidas, un horror,  no por lo humilde sino por lo sucia y descuidada que la tenía; por esta existencia sin provecho, está cansado de vivir y decide invocar y pedirle a la Señora Muerte que se lo lleve a otros parajes, ya que no quiere seguir viviendo con tantas carencias. La muerte escucha que un mendigo lo está invocando, lo busca y llega a su presencia, lo interroga, conversa con él un rato y conoce de primera mano, de su desencanto de vivir, Doña Muerte le acepta su propuesta y le dice que vendrá al día siguiente, porque hay muchos viajes por "el corona" y que aproximadamente llegará a las diez en punto, que esté preparado para que emprendan el suyo, que va ser muy provechoso para él, porque va conocer las fronteras de lo desconocido y va poder escoger otra forma de existencia, la que quiera, la que guste, la que esté más acorde con su forma de ser. 

Se despidió: -¡Hasta mañana hijo!    

-¡Hasta mañana Señora Muerte!, 

-¡No se vaya olvidar de mí por favor!. 

_¡Descuida hijo!, 

-¡Confía en mi!, 

-¡Yo soy muy segura!......   

Estaba pasando el día y entre hora y hora el mendigo se fue arrepintiendo de su petición... decide bañarse corriendo, cambiarse de ropa, buscó ropa nueva que había comprado y dejado en el olvido, decidió cortarse la barba y el pelo, hacerse manicure y pedicure, perfumarse; acomodó su cuarto, lo limpió cambió de sábanas y cortinas, pintó las paredes, claveteó la sillas, hasta puso flores y dejó todo impecable, oloroso y pulcro, y él estaba que ni se diga, se veía estupendo y pensaba que estaba muy atractivo y que cualquier mujer se fijaría en él  y hasta lo piropearía o entablarían una relación amorosa.  

Con todas estas cavilaciones y correderas pasó el tiempo y se acercaba ya la hora del encuentro, tomó un periódico, se acostó y casi  se esconde para que Doña Muerte no lo viera.  Llega Doña Muerte, buscando al mendigo, por arriba del techo, debajo en el patio, por la calle, encima de los árboles, y no divisa para nada al hombre con quien estuvo conversando el día anterior. Se sienta en la cornisa de la ventana y decide: -"Bueno, ya que no me puedo llevar al mechúo obstinado de la vida que estaba en esta casa ayer, tendré que llevarme a ese Pelón, sano de alma y de cuerpo, contento, pulcro y oloroso que está leyendo el periódico en este hermoso cuarto!. 

"Agarrando aunque sea falloooooo". Se escuchó en eco decir...............



sábado, 3 de abril de 2021

VELORIO VENEZOLANO


 En los velorios venezolanos se le agradece a la gente que acompaña los rezos por el difunto con café, chocolate, galletas, queso; el año pasado tuve la oportunidad de ir a un rezo y me ofrecieron un bollito de hallaca y otras sabrosuras con su respectivo cafecito, claro hay que recordar que se empieza a rezar al día siguiente del entierro una novena de rosarios en nueve días, el último día del novenario son tres rosarios y entre espacio y espacio se ofrece algo a los rezanderos; en los pueblos se les ofrece a los que se van a quedar con los familiares, juego de cartas, café, aguardiente, chocolate y algo de comer, la gente pasa su noche divertida jugando y contando chistes, con la hermosa finalidad de que no se duerman y pasen la noche despiertos. 


en los velorios de angelitos que mueren antes de los siete años, se guarda otra consideración, como es la música, se le hace un traje nuevo y se le colocan unas alas, se tiene al bebé acostado o sentado en una silla, en algunos puntos de la geografía se lo prestan con la creencia de que trae buena suerte, y allá va la gente a participar en el velorio junto con la alegría de los niños.

Aquí donde yo vivo, como algunos (4 o 5) se murieron de covid pues no está permitido ir a la casa del muerto a nada; allí sólo pasan las autoridades de salud a limpiar, chequear a los dolientes y fumigar las dependencias de la casa.

Por lo menos en estos momentos en los que hay 16 positivos de covid, sólo en la entrada de la urbanización, pues nos restringieron las salidas y caminaderas para seguir con el chequeo y va un camión  rodando con una bocina avisando y promocionando la situación "quédate en casa" y el uso correcto del tapabocas y guantes.

Hoy día que están tan caros los ataúdes, los cuerpos van directo al crematorio.